Hacía mucho que no entraba en el foro por falta de tiempo y el poco interés que últimamente encontraba en él. Me lo he hallado lleno de chistes (mejor chistes que chismes, desde luego) y muy desenfadado. En medio de todo ello, como un náufrago, un poema reflexivo de la amiga Añoranza que una vez más sorprende gratamente su distintiva sensibilidad. También he visto que se han asomado al foro personas de otras tierras, algunas hasta lejanas tierras, sin entender muy bien con qué ánimo. Pero si esta tarde me he alentado a participar, a dejar aquí mis impresiones, ha sido porque en la mañana del domingo, mientras escuchaba la radio, me sorprende la presentadora Isabel Gemio, en su programa “Te doy mi Palabra” de Onda Cero, con el nombre de Zagra. Así, tan claramente pronunciado como yo lo he escrito. “Zagra, de la provincia de Granada, el pueblo con más parados de España”. Os aseguro que clavé mis oídos en la radio, alcé el volumen y me puse a escuchar con toda la concentración del mundo.
La presentadora pretendía, como viene siendo habitual en una de las secciones de su programa, contactar al azar con alguna de las personas, en este caso de Zagra, para hacerle algunas preguntas que mostraran su particular visión de la situación actual de España, de su circunstancia personal o explicara, finalmente, si se consideraba una persona feliz. Y realizó tres llamadas. La primera fue atendida por un tal Manuel, comerciante, que no estaba en paro, que tenía hijos que aún estaban estudiando y que al preguntarle si de verdad había tanta gente en paro en Zagra (según los datos estadísticos casi un 80% de la población está en paro), éste contestó con ese lenguaje propio del diminutivo zagreño que allí todo el mundo tiene aceitunillas, que con las aceitunillas se iba tirando, pero sin entrar en decir la verdad del asunto. La segunda llamada fue atendida por Encarni, una madre de cuatro hijos y marido jubilado que aseguró que sus hijos, todos estaban trabajando, excepto uno que se dedicaba a las misiones en África, que es otra forma de trabajar pero con altruismo y recompensa divina. Y ya, casi desesperada la presentadora por no encontrar a nadie en paro, hizo una tercera llamada que fue atendida por una entrañable abuela de 89 años, lúcida y agradable que explicó que tenía 4 hijos y varios nietos y que estaban trabajando, aunque ella no entendía mucho de eso del paro, la política o el sr. Zapatero. Las tres personas son de sobra conocidas en Zagra y las tres estuvieron amables y comedidas. Yo estaba pendiente de mi teléfono, deseoso de que sonara y fuera Isabel Gemio para contestarle, por ejemplo, que puede que el 80% de la población esté apuntada al paro, pero que no es lo mismo que estar en paro; que en Zagra, utilizando los diminutivos zagreños para suavizar las palabras, hay gente que trabaja en la obrilla y luego cobra el paro, y gente que recoge cincuenta mil kilillos de aceitunilla y bien él, sus hijos, yernos o nueras, su mujer o su suegra, cobran el paro, que hay gente que echan jornalillos en la aceitunilla, pero que siguen cobrando el paro y hasta personas que trabajan en las camisillas o en los pantaloncillos y también han cobrado el paro. Y hasta gente que no ha trabajado en su vida ni han tenido la necesidad de hacerlo, pero cobran el paro. Pero la realidad es que en Zagra a nadie han tirado aún los bancos a la calle por no pagar la hipoteca de su casilla. Ni van a comer a los comedores sociales cada día, ni a pedir ropilla a Cáritas ni libros para los niños, porque no tienen esa necesidad afortunadamente; que en Zagra hay un nivel de vida que ya lo quisieran tener los parados de las ciudades, tan desamparados ellos que sólo tienen el triste paro y cuando se les termina, pues a rezar o a Cáritas, que casi es lo mismo. Qué pena que cuando salió hace tiempo ya en la tele y en los periódicos la noticia del mayor índice de paro en Zagra, se tuviera que buscar desesperadamente a una persona para el periodista que diera esa visión de una realidad que, Isabel Gemio, no pudo descubrir porque, ya ves, cosas del destino, a nadie de los que entrevistó estaba en paro ni sus familiares tampoco. Las estadísticas que ya se saben, no suelen acertar nunca. Sin embargo, las mismas estadísticas dicen que el 80% de la población zagreña está en paro, el pueblo con más paro de España. Y ante esto, sigo pensando que las estadísticas, realmente, nunca aciertan. Y ahora sigan con sus chistes para que nos riamos un rato. Que no se vaya a pensar otra cosa de los andaluces. Por Dios, estamos en la patria del chiste, y del chisme, si me apuran.
Un cordial saludo para todos.
Kiko
La presentadora pretendía, como viene siendo habitual en una de las secciones de su programa, contactar al azar con alguna de las personas, en este caso de Zagra, para hacerle algunas preguntas que mostraran su particular visión de la situación actual de España, de su circunstancia personal o explicara, finalmente, si se consideraba una persona feliz. Y realizó tres llamadas. La primera fue atendida por un tal Manuel, comerciante, que no estaba en paro, que tenía hijos que aún estaban estudiando y que al preguntarle si de verdad había tanta gente en paro en Zagra (según los datos estadísticos casi un 80% de la población está en paro), éste contestó con ese lenguaje propio del diminutivo zagreño que allí todo el mundo tiene aceitunillas, que con las aceitunillas se iba tirando, pero sin entrar en decir la verdad del asunto. La segunda llamada fue atendida por Encarni, una madre de cuatro hijos y marido jubilado que aseguró que sus hijos, todos estaban trabajando, excepto uno que se dedicaba a las misiones en África, que es otra forma de trabajar pero con altruismo y recompensa divina. Y ya, casi desesperada la presentadora por no encontrar a nadie en paro, hizo una tercera llamada que fue atendida por una entrañable abuela de 89 años, lúcida y agradable que explicó que tenía 4 hijos y varios nietos y que estaban trabajando, aunque ella no entendía mucho de eso del paro, la política o el sr. Zapatero. Las tres personas son de sobra conocidas en Zagra y las tres estuvieron amables y comedidas. Yo estaba pendiente de mi teléfono, deseoso de que sonara y fuera Isabel Gemio para contestarle, por ejemplo, que puede que el 80% de la población esté apuntada al paro, pero que no es lo mismo que estar en paro; que en Zagra, utilizando los diminutivos zagreños para suavizar las palabras, hay gente que trabaja en la obrilla y luego cobra el paro, y gente que recoge cincuenta mil kilillos de aceitunilla y bien él, sus hijos, yernos o nueras, su mujer o su suegra, cobran el paro, que hay gente que echan jornalillos en la aceitunilla, pero que siguen cobrando el paro y hasta personas que trabajan en las camisillas o en los pantaloncillos y también han cobrado el paro. Y hasta gente que no ha trabajado en su vida ni han tenido la necesidad de hacerlo, pero cobran el paro. Pero la realidad es que en Zagra a nadie han tirado aún los bancos a la calle por no pagar la hipoteca de su casilla. Ni van a comer a los comedores sociales cada día, ni a pedir ropilla a Cáritas ni libros para los niños, porque no tienen esa necesidad afortunadamente; que en Zagra hay un nivel de vida que ya lo quisieran tener los parados de las ciudades, tan desamparados ellos que sólo tienen el triste paro y cuando se les termina, pues a rezar o a Cáritas, que casi es lo mismo. Qué pena que cuando salió hace tiempo ya en la tele y en los periódicos la noticia del mayor índice de paro en Zagra, se tuviera que buscar desesperadamente a una persona para el periodista que diera esa visión de una realidad que, Isabel Gemio, no pudo descubrir porque, ya ves, cosas del destino, a nadie de los que entrevistó estaba en paro ni sus familiares tampoco. Las estadísticas que ya se saben, no suelen acertar nunca. Sin embargo, las mismas estadísticas dicen que el 80% de la población zagreña está en paro, el pueblo con más paro de España. Y ante esto, sigo pensando que las estadísticas, realmente, nunca aciertan. Y ahora sigan con sus chistes para que nos riamos un rato. Que no se vaya a pensar otra cosa de los andaluces. Por Dios, estamos en la patria del chiste, y del chisme, si me apuran.
Un cordial saludo para todos.
Kiko