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Un día , cualquiera en Zabroja, era la mula torda aplaterada y un mulo romo (hijo de burra y caballo híbrido e infértil) aparejados, la mula llevaba el apero de labranza, con la sarrieta llena de paja y el mulo servia de montura del mulero, acababa de amanecer y se disponia viajar a zabroja su paso por el cementerio recordaban alguno y reciente, guardando un gran respeto durante la travesía cuando menos, llega a la Haza, uncir las bestias y a continuar la besana del día anterior, días cortos de otoño, la merienda sale a gloria, el campo sin horizontes, de aquellas grandes explanadas, la vida plena de todo lo primario, y que la única angustia era acabar la labranza. Desde el C. Jorge.
2005-06-14 18:03:47
El mundo era pequeño, cuando de niño utilicé por primera vez el tren, qué emoción tan grande, la de aquel chiquillo, que vio el tren, con aquel humo negro, toda hierro y un ruido impresionante, que se acercaba a nosotros, con intención de pararse, subí y lejos quedaba, para descubrir nuevos y ilusionados horizontes, mi destino era sencillamente Baza. A.R desde C. Jorge.
2005-06-14 18:03:47
El mundo era pequeño, cuando de niño utilicé por primera vez el tren, qué emoción tan grande, la de aquel chiquillo, que vio el tren, con aquel humo negro, toda hierro y un ruido impresionante, que se acercaba a nosotros, con intención de pararse, subí y lejos quedaba, para descubrir nuevos y ilusionados horizontes, mi destino era sencillamente Baza. A.R desde C. Jorge.