Cuando el viento sea flor marchita,
Y la noche no viva sino en puro recuerdo;
Cuando el silencio reine
Y descienda implacable sobre lunas y estrellas.
Y cuando sólo quede la ceniza
De todo aquello que fue luz, montaña y sombra;
Al final de los límites vertidos en los seres;
Más allá de los tiempos.
Cuando esté la esperanza destruida
Y los ángeles mudos perdidos para siempre,
Y el agua tan exigua que ni Dios beberá;
Después de esto, después.
Cuando el rosal se halle en plena muerte,
Perdidas en la nada las sendas y las flores,
Y aunque el dolor y el ser no sean más que sueño,
Seremos todavía.
Y la noche no viva sino en puro recuerdo;
Cuando el silencio reine
Y descienda implacable sobre lunas y estrellas.
Y cuando sólo quede la ceniza
De todo aquello que fue luz, montaña y sombra;
Al final de los límites vertidos en los seres;
Más allá de los tiempos.
Cuando esté la esperanza destruida
Y los ángeles mudos perdidos para siempre,
Y el agua tan exigua que ni Dios beberá;
Después de esto, después.
Cuando el rosal se halle en plena muerte,
Perdidas en la nada las sendas y las flores,
Y aunque el dolor y el ser no sean más que sueño,
Seremos todavía.