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ZUJAR: LA PARVA : Por los años sesenta, a la caída de la tarde,...

LA PARVA : Por los años sesenta, a la caída de la tarde, a lo niños nos hacía mucha ilusión la recogida de la parva. Los muleros con su alegría de haber devuelto un largo día de trilla, arremeten su ruda mano en la triturada parva y, la dejan caer
Bruscamente diciendo: esto está como la harina, el anfitrión se resistía a compartir criterio, en realidad la jornada se daba por devuelta. Al poco rato desenganchaban los triillos, daban de beber a las bestias, dejándolas atadas en un montón de paja allá por la orilla y, empezaba la recogida. El amo de la misma uncía sus mulas y con un tablón la amontonaban, el resto de hombres con sus horcas daban forma al montón. Las mujeres y niños de la casa barrían con escobas hechas de matojos secos, las empuñaduras enredadas con un ramal de esparto. A los niños nos gustaba perseguir abejorros y caminar descalzos por la era. La señora de turno llegaba con su cesta, en ella iba mantel, garbanzos tostados, chorizos y morcillas, guardados en orzas para la siega y trilla y una garrafa de cuartilla llena de vino. Era el momento cumbre y deseado, los muleros con su vasito en una mano y en la otra garbanzos tostados. Es el momento de celebrar todos los esfuerzos del año. Algunos ligeros de codo bebían entusiasmados , cantaban y hablaban de la mili y, a veces de apariciones de muertos. Los niños crédulos sentíamos pánico de aquellas conversaciones, no aptas para menores. AR.