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Buenas tardes a todos, las alosneras Fermina, Conchi, Montse, las recien llegadas o los dos alosneros, aparecidos y desaparecidos, con sigílo de gato montés, o égnimatica Espe, que no aparece casí desde que emigró, o el siempre presente José, que este no falla contra viento y marea, o contra codo y rodilla, Milagros y Pelo, o Sergiete no olvidados, pero es un tema tan andalúz el que quiero tocar, que ellos pensaran que lo mejor es mantenerse al margén.
Hoy escribo, que Extremadura y la Generalidad de Valencia, recurren el Estatuto Andalúz, la madre del cordero está en pasar a depender el control de la cuenca hidrográfica Guadalquivir de la Junta de Andalucía, ¿que nace en Murcia? o existe alguna correntía de Extremadura, yo no he visto un rio más unido a una comunidad, que el Guadalquivir a Andalucía.
Querido río Guadalquivir, tu partida de nacimiento sellada en la comarca judicial de la Sierra de Cazorla y con certificado, no de defunción, sino de libertád salada y marinera, allá en Bajo de Guía, frente a los langostinos de Casa Bigote, o Casa del Cura, cumplimentando al Coto de Doña Ana, o la historica y luchadora tierra de Sanlúcar de Barrameda, me resultas casí irreconocible tras dejar atrás a la ciudad que enarboló tu nombre, donde la Torre de Oro, hace de celoso vigía de el paso de tus aguas, o hasta donde llegar los barcos a redir tributo al cándelabro incomparable de tu Giralda, como cuando llegaban los galeones cargados de oro de las Indias, que majestuosa repican sus campanas como el día que anuncian las Lagrimas de San Pedro, en comemoración de la Toma de Antequera, por el Rey San Fernando,
Todo ello al son de clárines de la Banda del Sol.
Nombre cómo no igual perteneciente a Córdoba la súltana, a la que el Guadalquivir riega, lame y besa los címientos de su Mézquita Catedral, no olvidando a Jaén parturienta y mimosa cuando con tus primeros pasos no eras río aún porque eras sólo infantiles correntias.
Y a la altura de Gélves, sabiendo que tambien riegas la historia de la Maestranza, ahí te creces Guadalquivir, pues ahí en una huerta nació el pequeño de los Gallos, Joselito el que murió en Talavera, ahí donde el Sr. Fernando El Gallo y Gabriela, recibieron a las suyos, Fernando, Rafael ¿y que me dices cuando le dices adiós a Coria del Río?, ¡Ay! Guadalquivir, que empiezas a trazar un semicirculo, lento muy lento, como una media verónica de Morante de la Puebla, donde hay una montera recién dormida, y unos vestiós de pasamanería azabache, donde un genio un ¡artista! joven que tambien tiene lagunas azules, que lo mismo escucha olés, que le hacen desaparecer como al Ayamontino Guadiana, ese otro caudal que dicen aparece y desaparece, ese que tambien busca su libertád salada entre España y Portugal, ese que se pasea por parte del Andévalo, escuchando los sones de la guitarras y los cantes de los fandangos alosneros, ese que su olas, ¡olés! tambien dijeron cuando cantaba Toronjo, ese genio alosnero.
¿Quien dice del Guadalquivir no es andalúz? si ya los sabios lo dijeron, que nace en Jaén, por Córdoba, es Súltan, en Sevilla es trianero, ¡Ay! y en la provicia de Cádiz, allí, nuestro Guadalquivir, es marinero, se besa con la mar y a pasear se fueron, yo me quede en la orilla, donde manzanilla me trajeron, con langostinos de Sanlucar y mi Guadalquivir ¡marinero!
Saludos y besos.
El Poeta.
Hoy escribo, que Extremadura y la Generalidad de Valencia, recurren el Estatuto Andalúz, la madre del cordero está en pasar a depender el control de la cuenca hidrográfica Guadalquivir de la Junta de Andalucía, ¿que nace en Murcia? o existe alguna correntía de Extremadura, yo no he visto un rio más unido a una comunidad, que el Guadalquivir a Andalucía.
Querido río Guadalquivir, tu partida de nacimiento sellada en la comarca judicial de la Sierra de Cazorla y con certificado, no de defunción, sino de libertád salada y marinera, allá en Bajo de Guía, frente a los langostinos de Casa Bigote, o Casa del Cura, cumplimentando al Coto de Doña Ana, o la historica y luchadora tierra de Sanlúcar de Barrameda, me resultas casí irreconocible tras dejar atrás a la ciudad que enarboló tu nombre, donde la Torre de Oro, hace de celoso vigía de el paso de tus aguas, o hasta donde llegar los barcos a redir tributo al cándelabro incomparable de tu Giralda, como cuando llegaban los galeones cargados de oro de las Indias, que majestuosa repican sus campanas como el día que anuncian las Lagrimas de San Pedro, en comemoración de la Toma de Antequera, por el Rey San Fernando,
Todo ello al son de clárines de la Banda del Sol.
Nombre cómo no igual perteneciente a Córdoba la súltana, a la que el Guadalquivir riega, lame y besa los címientos de su Mézquita Catedral, no olvidando a Jaén parturienta y mimosa cuando con tus primeros pasos no eras río aún porque eras sólo infantiles correntias.
Y a la altura de Gélves, sabiendo que tambien riegas la historia de la Maestranza, ahí te creces Guadalquivir, pues ahí en una huerta nació el pequeño de los Gallos, Joselito el que murió en Talavera, ahí donde el Sr. Fernando El Gallo y Gabriela, recibieron a las suyos, Fernando, Rafael ¿y que me dices cuando le dices adiós a Coria del Río?, ¡Ay! Guadalquivir, que empiezas a trazar un semicirculo, lento muy lento, como una media verónica de Morante de la Puebla, donde hay una montera recién dormida, y unos vestiós de pasamanería azabache, donde un genio un ¡artista! joven que tambien tiene lagunas azules, que lo mismo escucha olés, que le hacen desaparecer como al Ayamontino Guadiana, ese otro caudal que dicen aparece y desaparece, ese que tambien busca su libertád salada entre España y Portugal, ese que se pasea por parte del Andévalo, escuchando los sones de la guitarras y los cantes de los fandangos alosneros, ese que su olas, ¡olés! tambien dijeron cuando cantaba Toronjo, ese genio alosnero.
¿Quien dice del Guadalquivir no es andalúz? si ya los sabios lo dijeron, que nace en Jaén, por Córdoba, es Súltan, en Sevilla es trianero, ¡Ay! y en la provicia de Cádiz, allí, nuestro Guadalquivir, es marinero, se besa con la mar y a pasear se fueron, yo me quede en la orilla, donde manzanilla me trajeron, con langostinos de Sanlucar y mi Guadalquivir ¡marinero!
Saludos y besos.
El Poeta.