Aunque en Thasis yo naciera,
Y me inscribieran en Alosno,
Ambos pueblos son mi tierra.
Mi música es el fandango,
Al compás de la guitarra,
De la garganta, el "quejio"
Que aquél alosnero le daba.
Paco Toronjo, el Maestro,
Que bonito que cantaba!,
Como el fandango alosnero,
Y el que se canta en la mina,
No hay fandango más sincero,
En ellos no hay mentiras,
Toda la verdad proclaman.
Aquellos años de infancia,
Cuando aún yo no estudiaba,
Un mazo ya levantaba,
Para romper esas piedras,
Con las que se levantaba,
Una pared para un huerto,
Que después también sembrara,
Todo seguía, cuando estudiaba,
Así que tras el huerto,
A la escuela me acercaba,
Y cuando salía de esta,
El huerto ya me esperaba,
Y no habían festivos,
Los animales me reclamaban,
Ellos pedían comida,
Las plantas que las regara,
Pero tomates como aquellos,
Nunca más yo los probara,
Y que decir de los jamones,
De los cerdos que criaba,
Y aquellos huevos fritos,
De las gallinas de casa,
Y algún que otro conejito,
Que venían de la caza,
Pues algún que otro tirito,
A mi padre le gustaba,
Dar de vez en cuando,
La escopeta le retiraran,
Ay! que tiempos aquellos,
Que ni tenías ni te faltaba.
Abrazos pa tos y toas, El Emigrao
Y me inscribieran en Alosno,
Ambos pueblos son mi tierra.
Mi música es el fandango,
Al compás de la guitarra,
De la garganta, el "quejio"
Que aquél alosnero le daba.
Paco Toronjo, el Maestro,
Que bonito que cantaba!,
Como el fandango alosnero,
Y el que se canta en la mina,
No hay fandango más sincero,
En ellos no hay mentiras,
Toda la verdad proclaman.
Aquellos años de infancia,
Cuando aún yo no estudiaba,
Un mazo ya levantaba,
Para romper esas piedras,
Con las que se levantaba,
Una pared para un huerto,
Que después también sembrara,
Todo seguía, cuando estudiaba,
Así que tras el huerto,
A la escuela me acercaba,
Y cuando salía de esta,
El huerto ya me esperaba,
Y no habían festivos,
Los animales me reclamaban,
Ellos pedían comida,
Las plantas que las regara,
Pero tomates como aquellos,
Nunca más yo los probara,
Y que decir de los jamones,
De los cerdos que criaba,
Y aquellos huevos fritos,
De las gallinas de casa,
Y algún que otro conejito,
Que venían de la caza,
Pues algún que otro tirito,
A mi padre le gustaba,
Dar de vez en cuando,
La escopeta le retiraran,
Ay! que tiempos aquellos,
Que ni tenías ni te faltaba.
Abrazos pa tos y toas, El Emigrao