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ALOSNO: Ahora que no llueve,...

Ahora que no llueve,
los barbechos están secos,
ni la besana abre surcos,
ni mi moza abre su ventana,
esa que en la Plaza de Santiago,
en ella me citaba.

Los vencejos, ¡ay! los vencejos,
como lo celebraban.
Era una sinfonía que las tardes alegraba,
pá besar por la reja, los labios de mi gitana,
¡ay! Barrio de Santiago,
que de gitanos eres cava,
se cantan buelerias y solea,
y las gitanas bailaban,
aquellas que cantaban los gitanos
de Santiago, los gitanos de Triana,
en reñida competencia,
por ver el estilo que mas gustaba.

El Payo ¡ay el payo! pajolero,
poca gracia derramaba, este ni canta ni baila,
le bastaba con los besos en la ventana,
los besos de su gitana,
agarrado a los barrotes,
esos barrotes de la reja
de la reja que separaba,
esa reja de la ventana.

Esa gitana tenía cara de virgen,
cara de virgen coronada,
era virgen inmaculada,
morena y ojos negros,
muy rizadas sus pestañas,
negras eran sus cejas,
blanca tenía su alma,
blanco su corazón, ese corazón que me amaba,
su color aceitunado,
sus manos seda tratada,
eran tan suaves sus caricias,
que yo me adormilaba,
agarrado a los barrotes,
que de ella me separaban.
Descansaba mi cabeza,
entre sus manos entrecruzadas,
esa era para mi, mi mejor almohada.

Pero pá Alosno me fui, no olvidé a mi gitana,
la del Barrio de Santiago, esa que yo amaba.

En Alosno encontré el fandango,
la bulería en Jerez,
la Solea, ¡en Triana!

Y una duda me quedaba,
¿fandango o bulería?
¿o solea de Triana?

Ella me puso una carta,
a una boda me invitaba, era boda flamenca,
pues al Guadalquivir consultaba,
pá casar el fandango con la solea de Triana.
No olvidamos la buleria, esta atrás no quedaba,
esa pá la reja, la del Barro de Santiago.
¡Donde espera mi gitana!

Saludos: El Poeta.

A los flamencologos/as. de ese Andévalo anubense.