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ALOSNO: Desde mi castillo altanero,...

Desde mi castillo altanero,
a la ermita fui a rezar,
desde sus altas murallas
a Alosno a parar,
no se que tiene el viento
que a Alosno
me ha traído,
desde el Valle del Chanza,
ese río nacido,
donde nació el Halcón,
donde él tiene el nido,
donde se cría la hermosa encina,
alcornoque y quejigo,
donde el lirio tiene tallo,
hermoso tallo partido,
de mirar al Andévalo,
donde a vivir yo me ido,
mi corazón como el tallo,
también está partido,
de pesar e Alosno,
de donde yo no soy hijo.
Soy Halcón soy serrano,
y la Virgen me bendijo,
es mi Virgen de la Piedad,
ella es un delirio,
campanas de la torre,
no dejéis de tocar,
cuando empiece la novena,
de mi Virgen de la Piedad.
Las calores veraniegas
no vienen castigando,
como castigan al trigo,
que en la era están trillando,
¡arre! mulilla torda,
no te quedes tu atrás
empareja con las castaña,
que a buen trote va.
La marea se levanta,
la paja se echa al lado,
y el trigo cae en vertical,
para meter en los sacos,
los rastrojos amarillos,
de oro parece que son,
como el oro de la mina que hace años cerró.
Alosno de mis amores, ¿como te voy a olvidar?
si me cautivaste y no me dejaste marchar.
Sin cadenas, ni grilletes, ni a una galera a remar.
Me quedé sentaito en una silla,
una mesa y una copa de aguardiente,
ese rito habitual, escuchando a una alosnera,
una alosnera cantar, en su boca una bandera,
que yo me puse a escuchar,
era el fandango de Alosno.
¡Mas valiente que los demás!.
Campanas de mi torre dejar ya
de repicar.
Que ahora suenen las guitarras,
con ese toque sin igual,
es de toque por Alosno,
el río deja de navegar
que río Odiel se ha parado a escuchar.
Esa voz que ha brotado,
como si fuera un manantial.

El Poeta.