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Amanece en Alosno,
no es un día mas,
al sol le falta brillo
de por Toronjo llorar.
Nos lo quito de este pueblo
una maldita enfermedad,
atacó a su voz,
aquella que nos hizo vibrar
le fue debilitando
hasta que no pudo mas.
Ese quejío suyo, que era sin igual,
que desde que él se marcho
no se ha vuelto a escuchar.
Que el campanario luzca
crespones negros,
crespones en las campanas,
y crespones en sus cimientos,
crespones se pongan en Alosno,
y también en los sentimientos,
de esos alosneros buenos
que todavía le llevan dentro.
Calor hacía aquel día,
quien lo va a olvidar,
el pueblo entero seguía
parecía un peregrinar,
a ese mástil de Alosno,
con la bandera arría,
de duelo por su fandango
que hasta el infinito se va.
Sigue el fandango de Alosno,
el de Huelva también,
sigue el de Calañas,
Valverde y Almonaster,
Pero Rey solo uno,
ese Toronjo fue,
que como él lo interpreto,
ni lo hay, ni volverá a nacer.
Que Dios lo tenga en la Gloría,
esa que le dio él,
a este pueblo de Alosno,
donde nació y murió donde
dijo su primer cante y su último
adíos.
Pero no murió el fandango
que con tanto arte y amor canto,
inmortalizando al fandango y al Alosno
de su corazón
¡Pueblo con arte grande!
! Pueblo donde nació!
Flores al monumento
que Alosno levanto,
en memoria de ese sabio,
que el fandango lo bordo.
Como manto de la Virgen
de la iglesia donde se baustizó,
Con aguas del Jordán,
que San Juan se la echó.
El Poeta.
A la memoria de Paco Toronjo en su X aniversario de su muerte.
no es un día mas,
al sol le falta brillo
de por Toronjo llorar.
Nos lo quito de este pueblo
una maldita enfermedad,
atacó a su voz,
aquella que nos hizo vibrar
le fue debilitando
hasta que no pudo mas.
Ese quejío suyo, que era sin igual,
que desde que él se marcho
no se ha vuelto a escuchar.
Que el campanario luzca
crespones negros,
crespones en las campanas,
y crespones en sus cimientos,
crespones se pongan en Alosno,
y también en los sentimientos,
de esos alosneros buenos
que todavía le llevan dentro.
Calor hacía aquel día,
quien lo va a olvidar,
el pueblo entero seguía
parecía un peregrinar,
a ese mástil de Alosno,
con la bandera arría,
de duelo por su fandango
que hasta el infinito se va.
Sigue el fandango de Alosno,
el de Huelva también,
sigue el de Calañas,
Valverde y Almonaster,
Pero Rey solo uno,
ese Toronjo fue,
que como él lo interpreto,
ni lo hay, ni volverá a nacer.
Que Dios lo tenga en la Gloría,
esa que le dio él,
a este pueblo de Alosno,
donde nació y murió donde
dijo su primer cante y su último
adíos.
Pero no murió el fandango
que con tanto arte y amor canto,
inmortalizando al fandango y al Alosno
de su corazón
¡Pueblo con arte grande!
! Pueblo donde nació!
Flores al monumento
que Alosno levanto,
en memoria de ese sabio,
que el fandango lo bordo.
Como manto de la Virgen
de la iglesia donde se baustizó,
Con aguas del Jordán,
que San Juan se la echó.
El Poeta.
A la memoria de Paco Toronjo en su X aniversario de su muerte.