Calor que alientas amores,
como el llanto al desengaño
vengo a tierras de Alosno a cantar
por fandangos.
Que un día te encontré en esa calle Perdía,
la tu eras la única luz de esa calle
que no se veía.
palos de madera a los cables
ellos unía, pero faltaban
focos en esa calle Perdía,
tu ojos eran dos luceros
y ellos alumbrarían mis pasos
para volver a esa calle otro día,
en busca de tus besos,
como el río busca a la mar bravía,
entre piedras y aguarzos
busca de noche y de día,
con su lento caminar
ese amor buscaría para besarse
en la orilla de esa mar bravía,
en la que rugen sus olas,
mas de noche que de día,
allí se abraza fuertemente,
y sus aguas confundidas,
en la oscuridad de la noche,
como la calle Perdía,
yo me pierdo en tus besos,
y tus manos me acarician,
yo acaricio tu pelo,
tu boca junto a la mia,
mis brazos cinturón,
que en tu cintura se lia,
tu me abrazas tiernamente,
la piedras al pasar sentía,
en la calle dos luceros,
única luz que había,
eran tus ojos claros,
que en la oscuridad me seguían.
Así aprendí el camino,
pues eras mi estrella de guía,
que tu amor lo encontre,
en una calle Perdía.
El Poeta.
como el llanto al desengaño
vengo a tierras de Alosno a cantar
por fandangos.
Que un día te encontré en esa calle Perdía,
la tu eras la única luz de esa calle
que no se veía.
palos de madera a los cables
ellos unía, pero faltaban
focos en esa calle Perdía,
tu ojos eran dos luceros
y ellos alumbrarían mis pasos
para volver a esa calle otro día,
en busca de tus besos,
como el río busca a la mar bravía,
entre piedras y aguarzos
busca de noche y de día,
con su lento caminar
ese amor buscaría para besarse
en la orilla de esa mar bravía,
en la que rugen sus olas,
mas de noche que de día,
allí se abraza fuertemente,
y sus aguas confundidas,
en la oscuridad de la noche,
como la calle Perdía,
yo me pierdo en tus besos,
y tus manos me acarician,
yo acaricio tu pelo,
tu boca junto a la mia,
mis brazos cinturón,
que en tu cintura se lia,
tu me abrazas tiernamente,
la piedras al pasar sentía,
en la calle dos luceros,
única luz que había,
eran tus ojos claros,
que en la oscuridad me seguían.
Así aprendí el camino,
pues eras mi estrella de guía,
que tu amor lo encontre,
en una calle Perdía.
El Poeta.