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Buenas y calurosas tardes, tiempo llevo si aparecer, tanto que la calor se apresura y me adelanta sin perder su compostura.
Yo que desde Córdoba vengo,
la de la mezquita mora y tierra
de raíces sultanas,
yo que soy de tierra fresca,
de entre castaños y jaras,
allí brotan los veneros,
esos que mi sed apagan,
esa sed de dragón,
como amores a la sobra,
llenos de pasión y fuego.
Carretera interminable,
Palma de Río dejo atrás,
veo siete hermosas torres
por Ecija al pasar,
tierra astigitana,
traducido tierra de sol le llaman,
me recuerdo de mi sierra,
me recuerdo de mi niñez,
de esas fuentes y manantiales,
en los que apagué mi sed.
Ya vislumbro Sevilla,
tierra de mi adopción,
el horizonte, ¡ay! el horizonte,
veo el asfalto como escupe la calor,
que como podéis ver,
nada es fresco en mi camino,
de la Sartén de Andalucía,
yo vengo como huido,
me recuerdo la Carlota,
ya sentía la calor,
como lo sentía la cigarra,
que en la espiga descanso,
ella agitaba las alas,
yo contemplaba su catar,
como hacía sonar sus alas
cuanto las hacía sonar,
me daba la impresión verla desesperá,
era mucha la calor,
cantaba ella sin descansar.
El sol quema,
la campiña todo es calma.
Sobre una espiga dorada
come y chilla destemplada la cigarra.
Una rama de ja higuera,
en Carmona mira el agua.
¡Y sus hojas amarillas!
el solano las desgrana.
El Poeta.
Saludos a todos/as. (para que nadie se olvide)
Yo que desde Córdoba vengo,
la de la mezquita mora y tierra
de raíces sultanas,
yo que soy de tierra fresca,
de entre castaños y jaras,
allí brotan los veneros,
esos que mi sed apagan,
esa sed de dragón,
como amores a la sobra,
llenos de pasión y fuego.
Carretera interminable,
Palma de Río dejo atrás,
veo siete hermosas torres
por Ecija al pasar,
tierra astigitana,
traducido tierra de sol le llaman,
me recuerdo de mi sierra,
me recuerdo de mi niñez,
de esas fuentes y manantiales,
en los que apagué mi sed.
Ya vislumbro Sevilla,
tierra de mi adopción,
el horizonte, ¡ay! el horizonte,
veo el asfalto como escupe la calor,
que como podéis ver,
nada es fresco en mi camino,
de la Sartén de Andalucía,
yo vengo como huido,
me recuerdo la Carlota,
ya sentía la calor,
como lo sentía la cigarra,
que en la espiga descanso,
ella agitaba las alas,
yo contemplaba su catar,
como hacía sonar sus alas
cuanto las hacía sonar,
me daba la impresión verla desesperá,
era mucha la calor,
cantaba ella sin descansar.
El sol quema,
la campiña todo es calma.
Sobre una espiga dorada
come y chilla destemplada la cigarra.
Una rama de ja higuera,
en Carmona mira el agua.
¡Y sus hojas amarillas!
el solano las desgrana.
El Poeta.
Saludos a todos/as. (para que nadie se olvide)