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ALOSNO: Que no se seque la espiga,...

Que no se seque la espiga,
que en el rastrojo dejé,
que siga viva la amapola
en la ladera de Cabezo Juré,
que siga viva el venero,
ese que apago mi sed,
del amor puro y limpio,
que yo te profesé.

Eres linda como almendro en flor,
tu mejillas amapolas,
¡que bonita flor!
tu pelo huele a retama,
tus manos saben a romero,
tus ojos azul del mar,
son celestes inmaculados,
son celestes color cielo,
tus labios son de carmín,
sabor a caramelo,
tu voz es un delirio,
que sube directa al cielo,
cuando cantas por fandangos
a ese gran alosnero,
de nombre se llamó Paco,
por Toronjo le conocieron,
su voz se le rompía con su fandango alosnero,
él se marcho un día,
con un sentir traicionero,
su voz se la robaron,
antes de ir al cielo,
¡maldita enfermedad!
tu no supiste perdonar,
ese cante de la alondra,
en boca de este alosnero,
ese fue su pena,
ella se lo llevó al cielo,
yo con mi morena en Alosno,
en mi mano mi sombrero,
mi devoción a San Antonio,
y ese patrón alosnero,
llamado San Juan, le hemos dicho,
¡hasta luego! y viva la Virgen de Gracia,
y también los cascabeleros,
¡viva Alosno entero!
Y viva esa morena clara,
la mujer que yo quiero,
que cuando mira la luna,
¡eclipsa a los luceros!

El Poeta.
A mi querido pueblo de Alosno.