De nietos ando escaso,
no lo digo fuerte por si acaso,
poco porvenir tendría, un nieto que de mi aprendiera,
mejor llevarlo a pasear y aprender a la escuela,
y me baso en mis quimeras, en mi sueños,
y locuras, este mal no es eterno,
ni el bién tampoco lo es,
por eso empiezo a pensar y esta mi mentira es.
MI MENTIRA.
Visitas cada mañana
rincones de este mi cuerpo,
pones calor en mis pieles,
te incrustas en mis adentros,
tus manos en mí palpitan
como molinos de viento.
Yo en silencio manifiesto
todo mi agradecimiento,
me estremezco en temblores,
como tierno junco tiemblo,
me doblo, me balanceo,
me agito me desconcierto,
veo luces donde hay sombras
y caigo donde no quiero,
lloro mis debilidades,
te digo cuánto te quiero
y tu recorriendo andas
cada parte de mi cuerpo.
Que sensación tan extraña,
hay llamas donde no hay fuego,
ardor donde las ventiscas
recorren caminos nuevos,
aleros sin edificios,
tulipanes en invierno,
todo eso yo lo vivo
en las carnes de mi cuerpo.
Todo me das, lo das todo,
alcohol a llaga y luego,
con la llaga ya cerrada
y el tendón bien descubierto,
empapelas mis sentidos
con los poros bien abiertos,
para que respiren todos,
¡que ninguno quede ciego!,
y te vas como la brisa
dejando en relax mi cuerpo.
El Poeta.
no lo digo fuerte por si acaso,
poco porvenir tendría, un nieto que de mi aprendiera,
mejor llevarlo a pasear y aprender a la escuela,
y me baso en mis quimeras, en mi sueños,
y locuras, este mal no es eterno,
ni el bién tampoco lo es,
por eso empiezo a pensar y esta mi mentira es.
MI MENTIRA.
Visitas cada mañana
rincones de este mi cuerpo,
pones calor en mis pieles,
te incrustas en mis adentros,
tus manos en mí palpitan
como molinos de viento.
Yo en silencio manifiesto
todo mi agradecimiento,
me estremezco en temblores,
como tierno junco tiemblo,
me doblo, me balanceo,
me agito me desconcierto,
veo luces donde hay sombras
y caigo donde no quiero,
lloro mis debilidades,
te digo cuánto te quiero
y tu recorriendo andas
cada parte de mi cuerpo.
Que sensación tan extraña,
hay llamas donde no hay fuego,
ardor donde las ventiscas
recorren caminos nuevos,
aleros sin edificios,
tulipanes en invierno,
todo eso yo lo vivo
en las carnes de mi cuerpo.
Todo me das, lo das todo,
alcohol a llaga y luego,
con la llaga ya cerrada
y el tendón bien descubierto,
empapelas mis sentidos
con los poros bien abiertos,
para que respiren todos,
¡que ninguno quede ciego!,
y te vas como la brisa
dejando en relax mi cuerpo.
El Poeta.