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El toril, AYAMONTE

El Reino de Ibn Mahfūz y la conquista portuguesa: Entre 1234 y 1262 existió un reino independiente (Reino de Ibn Mahfūz), con capital en Niebla, con una extensión territorial muy considerable, que estuvo marcado por las políticas expansionistas de la corona de Castilla y de la corona de Portugal. Su territorio se extendía desde el cabo de San Vicente, al oeste, hasta la desembocadura del río Guadalquivir, por el este. Al norte limitaba con Sierra Morena, y al sur con el Atlántico. Comprendía de este modo la actual provincia de Huelva, además de Serpa y Moura en el Alentejo portugués, y todo el Algarve con las ciudades, entre otras, de Faro, Tavira, Loulé y Castromarín. El reino de Ibn Mahfūz ocupó una zona intermedia estratégica en la frontera entre ambos bandos, castellanos y portugueses, convirtiéndose en objetivo militar prioritario para ambos.

Desde 1230 la debilidad generalizada en que cayeron las huestes musulmanas, aparte de otras circunstancias como la pérdida del sitio de Mérida, la rebelión de Niebla y la muerte de Ibn Hūd, alentaron a los ejércitos vecinos para reiniciar el proceso de reconquista, especialmente, desde el lado oeste del río Guadiana con la ofensiva bélica protagonizada por Sancho II de Portugal en 1238-1240. Sancho II (por Portugal), después de la firma del Tratado de Sabugal (2 de abril de 1231) con Fernando III (por Castilla y León) sobre las zonas de expansión, terminó por completar la conquista del Alentejo y del Algarve al este del Guadiana, conquistando Ayamonte en 1239. Sancho II con la ayuda de las Órdenes Militares del Hospital y Santiago consiguió adentrarse de lleno en la zona perteneciente al reino de Ibn Mahfūz. La Orden del Hospital se apoderó entonces de Serna, Moura, Aracena y Aroche; y la Orden de Santiago tomó Mértola, Alfayat de la Peña, Ayamonte y Tavira. Serpa, Moura y Mértola ya habían sido tomadas con anterioridad. Queda constancia de la conquista de Ayamonte por parte de Sancho II de Portugal por este texto: (…) Em nome do Pai, do Filho e do Espírito Santo, Amen. Saibam todos os que esta carta virem, que eu Sancho II, por graça de Deus rei de Portugal, de minha boa e livre vontade, e por acordo e parecer dos meus fidalgos e ricos-homens e pelo ótimo serviço que me prestaram D. Paio [Peres] Correia, comendador de Alcácer e os freires da Ordem de Santiago (…) lhes dou e concedo, e à Ordem de Santiago e a todos que no futuro lhe sucederem, o meu castelo de Aiamonte com os seguintes limites (…) com todas as suas pertenças, com as entradas e saídas, quer por mar, quer por terra, e com todos os direitos reais que aí tenho ou devo ter (…). (Carta de doação à Ordem de Santiago. in: Monarquia Lusitana, v. V)
(19 de Abril de 2019)