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ORACION A SANTA ELENA
Elena, Elena, madre de Rey y Reina,
Tú que Reina fuiste
Todo el mundo lo corriste
Todo el mar atravesaste
Desde el poniente hasta el levante
Con dos hebreos te encontraste
A tu casa lo llevasteis
Tres días lo tuvisteis
Sin comer ni beber.
A los tres días te dijeron:
Elena, danos de comer y de beber
Y nosotros te revelaremos
El secreto que tu más quieres saber.
Tú le dijiste:
No os doy de comer y de beber
Mientras que no me digáis
Donde está la Cruz de Xto enterrada.
Ellos le dijeron:
En el pueblo de Jerusalén,
Allí esta enterrada.
Por la mano los agarraste
Y con ellos te embarcaste,
Al pueblo de Jerusalén llegasteis,
Al pie de una palma escarbaste,
Con la Cruz de Xto te encontraste,
Los tres clavos le quitaste.
Uno lo tiraste al mar,
Lo consagraste.
Otro se lo distes a tu hijo Constantino
Para que saliese victorioso
Y todas las batallas ganara.
Y el otro, con el que te quedaste
Para la que esté necesitada
Como yo.
Dámelo a mi, Santa mía;
No te lo pido dado sino prestado.
Santita mía
Con lo que tú sufriste
Con el mal ladrón
Y por tu divina intención.
Sácame de este trance
Y de esta aflicción.
Elena, Elena, madre de Rey y Reina,
Tú que Reina fuiste
Todo el mundo lo corriste
Todo el mar atravesaste
Desde el poniente hasta el levante
Con dos hebreos te encontraste
A tu casa lo llevasteis
Tres días lo tuvisteis
Sin comer ni beber.
A los tres días te dijeron:
Elena, danos de comer y de beber
Y nosotros te revelaremos
El secreto que tu más quieres saber.
Tú le dijiste:
No os doy de comer y de beber
Mientras que no me digáis
Donde está la Cruz de Xto enterrada.
Ellos le dijeron:
En el pueblo de Jerusalén,
Allí esta enterrada.
Por la mano los agarraste
Y con ellos te embarcaste,
Al pueblo de Jerusalén llegasteis,
Al pie de una palma escarbaste,
Con la Cruz de Xto te encontraste,
Los tres clavos le quitaste.
Uno lo tiraste al mar,
Lo consagraste.
Otro se lo distes a tu hijo Constantino
Para que saliese victorioso
Y todas las batallas ganara.
Y el otro, con el que te quedaste
Para la que esté necesitada
Como yo.
Dámelo a mi, Santa mía;
No te lo pido dado sino prestado.
Santita mía
Con lo que tú sufriste
Con el mal ladrón
Y por tu divina intención.
Sácame de este trance
Y de esta aflicción.