Estando de acampada en la Torerera en Julio de 2.004, a eso de las cuatro de la madrugada, escuché una débil voz de mujer gimiendo. Sé que en el verano de 1.936 fueron fusiladas dos mujeres que trabajaban en las minas; y en Agosto de 1.956 un depósito de dinamita explotó, muriendo ocho mujeres. Lo que escuché no era el ulular del viento, era una voz de mujer que gimió dos veces.