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CASTILLEJA: Imperdonable por mi parte el no haberte dado las gracias por tu felicitación a mi señora, y ni tan siquiera haberte comentado que me encantó tu poema.
A fuerza de ti....
Mira, aquí también hay un centro andaluz, del que no soy ni seré socio. El primer día que asistí a una charla que dieron para solicitar que nos hiciéramos socios, Ana y yo fuimos con la sana intención de hacernos. Antes de apuntarnos nos ofrecieron un lunch. De nuestra mesa, con todo el descaro del mundo, se llevaron a otra contigua, casi todas las viandas y las bebidas. Lo hicieron miembros de la Directiva. Los que estábamos alrededor de nuestra mesa nos quedamos sorprendidos a la vez que indignados. Te estoy hablando de los años 70. En esas fechas me pidieron por inscribirme 5.000 ptas.
Posteriormente, solía visitar el Centro Andaluz "Séneca", subvencionado por la Diputación Foral De Álava. Nunca nos dejaron pasar al interior de un salón donde se cantaba, baila y se tomaban sus copitas con sus tapas correspondientes. Entiendo que hubiera diferencias de precios entre socios y no socios, pero el local no era suyo, sino de la Diputación.
Los Estatutos estaban y están manifiestamente mejorables. Hace unos días coincidí con una sevillana, a la que no conocía, y hablando, hablando, me contó que se habían salido del centro su grupo rociero, por los impedimentos que le ponía la directiva para realizar sus actividades. Eran, según me dijo unas 60 personas. Aquí al menos, está regida desde sus comienzos por un grupo de granadinos y cordobeses, que piensan que ese es su cortijo.
Amiga Castilleja, a mí la vida me ha dado tantos palos desde que tengo uso de razón, que me he vuelto un poco reservón. Me gustaría ser como tú. Seguro que si tratara con personas de tu carácter, sería uno más. A mi me gusta muchísimo la sencillez, la honestidad, la formalidad, la sinceridad. Detesto, sobre todo, la hipocresía - que es la peor de las mentiras-, la soberbia, la traición, etc.
Como te digo más arriba, me han dado tantas patadas, que, a veces, sin un motivo justificado, me pongo a la defensiva. Este es un caráter forjado desde mi nacimiento.
Creo que pocas veces me he confesado como lo estoy haciendo contigo. Perdona mi pesadez.
Un abrazo. Agur.
A fuerza de ti....
Mira, aquí también hay un centro andaluz, del que no soy ni seré socio. El primer día que asistí a una charla que dieron para solicitar que nos hiciéramos socios, Ana y yo fuimos con la sana intención de hacernos. Antes de apuntarnos nos ofrecieron un lunch. De nuestra mesa, con todo el descaro del mundo, se llevaron a otra contigua, casi todas las viandas y las bebidas. Lo hicieron miembros de la Directiva. Los que estábamos alrededor de nuestra mesa nos quedamos sorprendidos a la vez que indignados. Te estoy hablando de los años 70. En esas fechas me pidieron por inscribirme 5.000 ptas.
Posteriormente, solía visitar el Centro Andaluz "Séneca", subvencionado por la Diputación Foral De Álava. Nunca nos dejaron pasar al interior de un salón donde se cantaba, baila y se tomaban sus copitas con sus tapas correspondientes. Entiendo que hubiera diferencias de precios entre socios y no socios, pero el local no era suyo, sino de la Diputación.
Los Estatutos estaban y están manifiestamente mejorables. Hace unos días coincidí con una sevillana, a la que no conocía, y hablando, hablando, me contó que se habían salido del centro su grupo rociero, por los impedimentos que le ponía la directiva para realizar sus actividades. Eran, según me dijo unas 60 personas. Aquí al menos, está regida desde sus comienzos por un grupo de granadinos y cordobeses, que piensan que ese es su cortijo.
Amiga Castilleja, a mí la vida me ha dado tantos palos desde que tengo uso de razón, que me he vuelto un poco reservón. Me gustaría ser como tú. Seguro que si tratara con personas de tu carácter, sería uno más. A mi me gusta muchísimo la sencillez, la honestidad, la formalidad, la sinceridad. Detesto, sobre todo, la hipocresía - que es la peor de las mentiras-, la soberbia, la traición, etc.
Como te digo más arriba, me han dado tantas patadas, que, a veces, sin un motivo justificado, me pongo a la defensiva. Este es un caráter forjado desde mi nacimiento.
Creo que pocas veces me he confesado como lo estoy haciendo contigo. Perdona mi pesadez.
Un abrazo. Agur.