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La comitiva enfila el camino de la ermita tras recoger a las galanas, que a lomos de los mulos exhiben un ropaje colorista y repleto de tradición.
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El estandarte de San Benito preside la comitiva.
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En medio de cohetes, vivas y el toque del tamboril, los vecinos de El Cerro del Andévalo comenzaron ayer la romería en honor de San Benito Abad. El tamborilero recorrió al mediodía el pueblo y posteriormente se partió desde la casa del prioste hacia la iglesia para recoger el estandarte del Patrón. El siguiente paso fue la recogida de la mayordomía, comenzando por las menores (silletines) y a las distintas galanas que esperan en la puerta de sus casas (montadas en jamugas sobre mulos no tordos), a la mayordoma, María Bravo Rico, y al mayordomo, Juan Coronado Pérez.
Completada la comitiva, se da una vuelta completa a la localidad y se reza un padre nuestro en la Cruz de San Benito en el Prado de San Sebastián. A la salida del pueblo, las jamugueras se colocan un paño cogido a la cintura y cuello con el fin de evitar pérdidas de las numerosas joyas que portan.
Al llegar a la ermita, tras unas cuatro horas de camino y las tres vueltas de rigor en el recinto, los romeros se acercan a dar gracias al Santo. Sobre las once de la noche se reza el Rosario con cuatro misterios dentro de la ermita y el quinto en procesión, precedida por los lanzadores y el tamboril, por el Real.
Hoy domingo, será el día grande de la romería. Desde muy temprano, la mayordomía acogerá a los romeros con dulce de membrillo y un trago de vino de pasas. Antes de la eucaristía, el Patrón es portado en procesión por personas que tienen esa 'promesa'.
A primeras horas de la tarde llegará uno de los momentos más esperados: 'el baile del poleo', que atraerá la atención de todos.
Tras el rezo del Rosario, por la noche tendrá lugar el tradicional acto en el que el mayordomo, de rodillas, es despojado de las bandas, que le han acompañado durante todo el periodo de mayordomía, y se le colocan al Santo. Posteriormente, el mayordomo invita a los romeros en el patio de caballos donde se espera la salida del Cristo. Por ello, la expectación y la incertidumbre serán las notas predominantes en la mañana del lunes, ya que se prevé que sea durante la celebración de la eucaristía cuando se dé a conocer el nombre del nuevo mayordomo, que será desvelado por el sacerdote.
Mientras, el prioste le quitará al Santo las bandas y se las coloca al nuevo mayordomo, varias personas con sacos de "avellanas" colgados al hombro, las tiran a voleo sobre las personas asistentes que, entre aplausos y vivas, dan más emoción al momento.
Sobre las cuatro de la tarde y después de despedirse de San Benito Abad, los romeros volverán a El Cerro y comienza la cuenta atrás para la romería del próximo año.
Pero la fiestas en honor al Patrón de El Cerro se retoman el día 7 con un acto llamado 'Miércoles del Dulce', en el que el mayordomo viejo, agradecido por las atenciones que los cerreños han tenido con él, recorre calle tras calle y casa tras casa ofreciendo un trozo de dulce de membrillo y un trago de vino de pasas, terminando con el baile del poleo en la plaza de la iglesia. El jueves esta tradición se repite en la aldea de Montes de San Benito.
La imagen de San Benito que se venera en la actualidad fue creada en Valencia en el año 1953 por el escultor José Espuni y llegó a la localidad cerreña un año después, una vez fue realizada su corona, con un recibimiento apoteósico, encabezado por la banda de música.
La comitiva enfila el camino de la ermita tras recoger a las galanas, que a lomos de los mulos exhiben un ropaje colorista y repleto de tradición.
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El estandarte de San Benito preside la comitiva.
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En medio de cohetes, vivas y el toque del tamboril, los vecinos de El Cerro del Andévalo comenzaron ayer la romería en honor de San Benito Abad. El tamborilero recorrió al mediodía el pueblo y posteriormente se partió desde la casa del prioste hacia la iglesia para recoger el estandarte del Patrón. El siguiente paso fue la recogida de la mayordomía, comenzando por las menores (silletines) y a las distintas galanas que esperan en la puerta de sus casas (montadas en jamugas sobre mulos no tordos), a la mayordoma, María Bravo Rico, y al mayordomo, Juan Coronado Pérez.
Completada la comitiva, se da una vuelta completa a la localidad y se reza un padre nuestro en la Cruz de San Benito en el Prado de San Sebastián. A la salida del pueblo, las jamugueras se colocan un paño cogido a la cintura y cuello con el fin de evitar pérdidas de las numerosas joyas que portan.
Al llegar a la ermita, tras unas cuatro horas de camino y las tres vueltas de rigor en el recinto, los romeros se acercan a dar gracias al Santo. Sobre las once de la noche se reza el Rosario con cuatro misterios dentro de la ermita y el quinto en procesión, precedida por los lanzadores y el tamboril, por el Real.
Hoy domingo, será el día grande de la romería. Desde muy temprano, la mayordomía acogerá a los romeros con dulce de membrillo y un trago de vino de pasas. Antes de la eucaristía, el Patrón es portado en procesión por personas que tienen esa 'promesa'.
A primeras horas de la tarde llegará uno de los momentos más esperados: 'el baile del poleo', que atraerá la atención de todos.
Tras el rezo del Rosario, por la noche tendrá lugar el tradicional acto en el que el mayordomo, de rodillas, es despojado de las bandas, que le han acompañado durante todo el periodo de mayordomía, y se le colocan al Santo. Posteriormente, el mayordomo invita a los romeros en el patio de caballos donde se espera la salida del Cristo. Por ello, la expectación y la incertidumbre serán las notas predominantes en la mañana del lunes, ya que se prevé que sea durante la celebración de la eucaristía cuando se dé a conocer el nombre del nuevo mayordomo, que será desvelado por el sacerdote.
Mientras, el prioste le quitará al Santo las bandas y se las coloca al nuevo mayordomo, varias personas con sacos de "avellanas" colgados al hombro, las tiran a voleo sobre las personas asistentes que, entre aplausos y vivas, dan más emoción al momento.
Sobre las cuatro de la tarde y después de despedirse de San Benito Abad, los romeros volverán a El Cerro y comienza la cuenta atrás para la romería del próximo año.
Pero la fiestas en honor al Patrón de El Cerro se retoman el día 7 con un acto llamado 'Miércoles del Dulce', en el que el mayordomo viejo, agradecido por las atenciones que los cerreños han tenido con él, recorre calle tras calle y casa tras casa ofreciendo un trozo de dulce de membrillo y un trago de vino de pasas, terminando con el baile del poleo en la plaza de la iglesia. El jueves esta tradición se repite en la aldea de Montes de San Benito.
La imagen de San Benito que se venera en la actualidad fue creada en Valencia en el año 1953 por el escultor José Espuni y llegó a la localidad cerreña un año después, una vez fue realizada su corona, con un recibimiento apoteósico, encabezado por la banda de música.