Buenas tardes, amigos.
CHEMI: ¿La foto que pretendes colgar en el foro la tienes en una cámara digital?, ¿o por el contrario, la tienes en cartón, digamos? El procedimiento para colgarla, lógicamente, es diferente. Como explicarlo me puede resultar difícil, yo te aconsejo que te asesore Mari Jose, la de Guadalinfo. Ella te la puede scanear y guardártela en un CD. Luego, en tu casa la metes en tu PC.
Ese tejar al que te refieres, creo que es el que está yendo para San Telmo, a la mitad de la cuesta, a la derecha, antes de llegar al cortijo de Reverte, ¿no? Más o menos enfrente está, o estaba, el camino de La Joya. Como nota curiosa, aunque desagradable, en ese lugar murió de infarto, estando de servicio, Cuenca, un guardia civil que era una bellísima persona. Coméntale a tu suegra, a ver si se acuerda.
He seguido con interés las excavaciones realizadas en el cementerio de Calañas, a través de Huelva Información; pero no sabía que habían llevado los restos a El Cerro. Si no tienes ningún problema, te agradecería que me ampliaras esa noticia. Me gustaría saber de quiénes se trata.
MARIA LUISA: Afortunadamente para mí huerta, esa granizada no cayó por aquí cerca; ahora, agua cayó sin conocimiento. Me llevaré una temporada sin regar. De haber caído por aquí, qué duda cabe que tendría que resembrar. Hoy tenemos un vientecito del norte, que nos obliga a sacar cierta ropa de invierno. ¡Cómo para no coger resfriados!
ANTONIO ESCUDERO: Naturalmente que ayer sintonicé tu programa. Siento los problemas de garganta de nuestro amigo Juan Flores. Aunque en honor a la verdad, ya quisiera yo tener el poderío de voz que él tenía ayer. Tosía, eso sí, pero pasada la tos, ¡menudo timbre de voz que tiene el señor! Desde luego es un libro abierto. Yo no sé de dónde saca tanta información. Yo consulto Internet y algunos libros que tengo, y compruebo que coincide con lo que él dice; pero es que además añade información que no aparece en Internet.
Supongo que Antonio Rodríguez te comentaría que llamé -fue el único momento que quedó libre la línea- cuando Juan se despidió, pero ya no era posible saludaros. Hay más días que ollas.
Maravillosa la letra del fandango que Juan escribió y cantó a su patrona.
Yo no llego a tanto como vosotros, pero aquí os dejo esta pequeña historia que muy bien pudo ser la de mi familia
AMANECER
Cuando ya despunta el día,
y alumbra la luz del alba,
el agricultor humilde
a su yunta ya prepara.
La collera no es muy buena,
y tendrá que bien llevarla,
para que salga derecha
y profunda la besana.
Ha de arar varias fanegas
de una tierra más bien mala,
con un arado romano
y una reja despuntada.
La mancera bien sujeta,
con sus manos encalladas;
encorvado hacia adelante,
y hacia abajo su mirada.
Va pensando en la cosecha
de su trigo y su cebada,
que si el tiempo le acompaña,
llenará de pan su casa.
Caminando va despacio,
entre terrones y lajas,
y va hablando con las bestias
para que no se distraigan.
El cuento de la lechera
por su mente se le pasa.
Comprará unos aparejos
que le están haciendo falta.
Unos lomillos al burro;
para la mula una enjalma;
al burranco un cabezal;
una cincha, una reata…..
Una barcina de red
para acarrear la paja.
Las valonas están rotas
y necesita cambiarlas.
Un garabato de encina,
porque el que tiene no aguanta
para apretar con más fuerza
las buenas cargas de jaras.
Al burranco hay que pelarlo,
a tijera, que no a máquina,
y aunque le den trasquilones,
en poco tiempo se iguala.
Todo esto va pensándolo,
pues su mente no descansa.
Llegado el atardecer
sólo una fanega labra.
Están cansadas las bestias.
Él suda por sus espaldas.
Quita el viro del timón,
y del yugo las descarga.
Les pone los aparejos,
y caminan hacia casa.
Una vez que ya han llegado,
va a encerrarlas en la cuadra.
Allí les quita los bártulos;
llena el pesebre de paja,
y pone sobre la misma,
de avena tres embozadas.
En casa le está esperando,
-con la cena preparada-,
su familia, junto al fuego,
que arde como una fragua.
Cenan todos comentando,
cómo les fue la jornada;
Unas cuidaron gallinas,
otros guardaron las cabras.
Terminada ya la cena,
hay que marcharse a la cama,
que mañana nuevamente
volverá a salir el alba.
Un saludo afectuoso para todos. Agur.
CHEMI: ¿La foto que pretendes colgar en el foro la tienes en una cámara digital?, ¿o por el contrario, la tienes en cartón, digamos? El procedimiento para colgarla, lógicamente, es diferente. Como explicarlo me puede resultar difícil, yo te aconsejo que te asesore Mari Jose, la de Guadalinfo. Ella te la puede scanear y guardártela en un CD. Luego, en tu casa la metes en tu PC.
Ese tejar al que te refieres, creo que es el que está yendo para San Telmo, a la mitad de la cuesta, a la derecha, antes de llegar al cortijo de Reverte, ¿no? Más o menos enfrente está, o estaba, el camino de La Joya. Como nota curiosa, aunque desagradable, en ese lugar murió de infarto, estando de servicio, Cuenca, un guardia civil que era una bellísima persona. Coméntale a tu suegra, a ver si se acuerda.
He seguido con interés las excavaciones realizadas en el cementerio de Calañas, a través de Huelva Información; pero no sabía que habían llevado los restos a El Cerro. Si no tienes ningún problema, te agradecería que me ampliaras esa noticia. Me gustaría saber de quiénes se trata.
MARIA LUISA: Afortunadamente para mí huerta, esa granizada no cayó por aquí cerca; ahora, agua cayó sin conocimiento. Me llevaré una temporada sin regar. De haber caído por aquí, qué duda cabe que tendría que resembrar. Hoy tenemos un vientecito del norte, que nos obliga a sacar cierta ropa de invierno. ¡Cómo para no coger resfriados!
ANTONIO ESCUDERO: Naturalmente que ayer sintonicé tu programa. Siento los problemas de garganta de nuestro amigo Juan Flores. Aunque en honor a la verdad, ya quisiera yo tener el poderío de voz que él tenía ayer. Tosía, eso sí, pero pasada la tos, ¡menudo timbre de voz que tiene el señor! Desde luego es un libro abierto. Yo no sé de dónde saca tanta información. Yo consulto Internet y algunos libros que tengo, y compruebo que coincide con lo que él dice; pero es que además añade información que no aparece en Internet.
Supongo que Antonio Rodríguez te comentaría que llamé -fue el único momento que quedó libre la línea- cuando Juan se despidió, pero ya no era posible saludaros. Hay más días que ollas.
Maravillosa la letra del fandango que Juan escribió y cantó a su patrona.
Yo no llego a tanto como vosotros, pero aquí os dejo esta pequeña historia que muy bien pudo ser la de mi familia
AMANECER
Cuando ya despunta el día,
y alumbra la luz del alba,
el agricultor humilde
a su yunta ya prepara.
La collera no es muy buena,
y tendrá que bien llevarla,
para que salga derecha
y profunda la besana.
Ha de arar varias fanegas
de una tierra más bien mala,
con un arado romano
y una reja despuntada.
La mancera bien sujeta,
con sus manos encalladas;
encorvado hacia adelante,
y hacia abajo su mirada.
Va pensando en la cosecha
de su trigo y su cebada,
que si el tiempo le acompaña,
llenará de pan su casa.
Caminando va despacio,
entre terrones y lajas,
y va hablando con las bestias
para que no se distraigan.
El cuento de la lechera
por su mente se le pasa.
Comprará unos aparejos
que le están haciendo falta.
Unos lomillos al burro;
para la mula una enjalma;
al burranco un cabezal;
una cincha, una reata…..
Una barcina de red
para acarrear la paja.
Las valonas están rotas
y necesita cambiarlas.
Un garabato de encina,
porque el que tiene no aguanta
para apretar con más fuerza
las buenas cargas de jaras.
Al burranco hay que pelarlo,
a tijera, que no a máquina,
y aunque le den trasquilones,
en poco tiempo se iguala.
Todo esto va pensándolo,
pues su mente no descansa.
Llegado el atardecer
sólo una fanega labra.
Están cansadas las bestias.
Él suda por sus espaldas.
Quita el viro del timón,
y del yugo las descarga.
Les pone los aparejos,
y caminan hacia casa.
Una vez que ya han llegado,
va a encerrarlas en la cuadra.
Allí les quita los bártulos;
llena el pesebre de paja,
y pone sobre la misma,
de avena tres embozadas.
En casa le está esperando,
-con la cena preparada-,
su familia, junto al fuego,
que arde como una fragua.
Cenan todos comentando,
cómo les fue la jornada;
Unas cuidaron gallinas,
otros guardaron las cabras.
Terminada ya la cena,
hay que marcharse a la cama,
que mañana nuevamente
volverá a salir el alba.
Un saludo afectuoso para todos. Agur.
buenas tardes:
PEDRO, la foto que te dije es reciente pero no se que pasa que no me dejan ponerla intentare otras, te cuento lo del otro dia, fueron once vecinos del cerro enterrados en la fosa comun de calañas, fueron fusilados en el golpe militar facista del 18 de julio, MARTIN GONZALEZ VOLANTE, bisabuelo
de francisco javier gonzalez tornero, el hijo de MARTIN PERRENGUENDE para que me entiendas, es el chaval que a estado en todo ese asunto por cierto una gran labor de este chaval.
Ese dia tambien fusilaron a AGUSTIN GONZALEZ VAZQUEZ, el primer alcalde republicano de el cerro.
un saludo a todos.
PEDRO, la foto que te dije es reciente pero no se que pasa que no me dejan ponerla intentare otras, te cuento lo del otro dia, fueron once vecinos del cerro enterrados en la fosa comun de calañas, fueron fusilados en el golpe militar facista del 18 de julio, MARTIN GONZALEZ VOLANTE, bisabuelo
de francisco javier gonzalez tornero, el hijo de MARTIN PERRENGUENDE para que me entiendas, es el chaval que a estado en todo ese asunto por cierto una gran labor de este chaval.
Ese dia tambien fusilaron a AGUSTIN GONZALEZ VAZQUEZ, el primer alcalde republicano de el cerro.
un saludo a todos.
Hola amigas y amigos, buenas tardes.
Chemi, perdona que me entrometa en la conversación con Pedro, a mi abuelo, Onofre Anacleto, de Tharsis, le fusilaron el 10-08-1936 en Huelva, parece ser que pudiera estar enterrado en el cementerio de Huelva, pero ese día se enterraron ciento y pico en la misma fosa, como desconocidos.
Abrazos pa tos y toas, El Emigrao
Chemi, perdona que me entrometa en la conversación con Pedro, a mi abuelo, Onofre Anacleto, de Tharsis, le fusilaron el 10-08-1936 en Huelva, parece ser que pudiera estar enterrado en el cementerio de Huelva, pero ese día se enterraron ciento y pico en la misma fosa, como desconocidos.
Abrazos pa tos y toas, El Emigrao