El pozo de la plaza. Recuerdo a la Currita la de Arroyo sacando agua del pozo, como una imagen muy lejana de mi infancia.
Y de una famosa corrida de toros, lo que me contó mi abuela: que Benito Malalidia fué picaor y que se cayó del burro,
Hay un pasodoble: Ya tiene el Cerro torero, Bartolomé Patapalo....
Y de una famosa corrida de toros, lo que me contó mi abuela: que Benito Malalidia fué picaor y que se cayó del burro,
Hay un pasodoble: Ya tiene el Cerro torero, Bartolomé Patapalo....
Efectivamente, CURRA, así fue, aunque de lo que se cayó Benito "Malalidia" (q. e. p. d.) fue de un caballo pelitordo, que estaba más estrecho que la ley. Se le notaban las costillas coma las baretas de una hangarillas. El pobre animal se caía con un soplío, de la jadeguedá que tenía.
Del citado Malalidia hay cantidad de anécdotas. Era un bromista a la antigua usanza.
Como todos los cerreños sabemos, era zapatero y cojo. Le gustaba mucho la escopeta y cazar con perdigón.
Estaba un día en el casino del "Chorlo" (hoy Palenque), y le vinieron a pedir un perdigón muy bueno que tenía para llevárselo a cazar. Él dijo que sí, y se tomaron unas copitas. Mientras tanto, mandó hacerle una jugarreta a quien le pidió el perdigón.
Cuando el susodicho fue a casa de Malalidia, su mujer ya lo tenía enjaulado y puesta la funda a la jaula.
Salió a cazar muy temprano, todavía de noche. Así que cuando llegó al puesto, le quitó la funda y se apostó a esperar. Pasaron varios perdigones, pero el de la jaula ni pió. Cansado de esperar y diciendo ' ¿y este perdigón es bueno?; este perdigón es una mierda", se acercó a la jaula y pudo ver que en lugar de perdigón habia una horma de zapato.
Saludos, amigos.
Del citado Malalidia hay cantidad de anécdotas. Era un bromista a la antigua usanza.
Como todos los cerreños sabemos, era zapatero y cojo. Le gustaba mucho la escopeta y cazar con perdigón.
Estaba un día en el casino del "Chorlo" (hoy Palenque), y le vinieron a pedir un perdigón muy bueno que tenía para llevárselo a cazar. Él dijo que sí, y se tomaron unas copitas. Mientras tanto, mandó hacerle una jugarreta a quien le pidió el perdigón.
Cuando el susodicho fue a casa de Malalidia, su mujer ya lo tenía enjaulado y puesta la funda a la jaula.
Salió a cazar muy temprano, todavía de noche. Así que cuando llegó al puesto, le quitó la funda y se apostó a esperar. Pasaron varios perdigones, pero el de la jaula ni pió. Cansado de esperar y diciendo ' ¿y este perdigón es bueno?; este perdigón es una mierda", se acercó a la jaula y pudo ver que en lugar de perdigón habia una horma de zapato.
Saludos, amigos.