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EL CERRO DE ANDEVALO: ¡Buenas tardes, amigas y amigos!...

¡Buenas tardes, amigas y amigos!

ANTONIO ESCUDERO: Créeme, amigo Antonio, que en ningún momento he pretendido darte ningún consejo, ¿quién soy yo para eso? Solamente te he hecho unas reflexiones en voz alta.
De todas formas, agradezco que no te haya parecido mal.
No solamente están a tope los cinco foros, sino el chat de H. R. Somos como Fuenteovejuna: ‘Todos a una’
Vamos, como si tú hubieras sido legionario y hubieras lanzado ese grito de ¡A mí la legión!
La verdad es que somos una legión de amigas y amigos, ¿no te parece?

ISAMARÍA: No entiendo bien la última parte de tu referencia a la casa de tu abuela, ¿qué no volverás a ver cuando vayas a El Cerro?
¿Por qué sometes a tu querido esposo a esas pruebas de cálculo? Eso es jugar con ventaja, porque, salvo que conserves los tickes de compra, tú puedes manipular los datos. Hay cosas que le son comunes a casi todas las amas de casa. Supongo que en cuanto a productos cárnicos no le preguntarás.
Mira si es bueno y complaciente tu contrario que, para verte feliz, siempre tira para arriba en el gasto que has hecho. Los hombres, la mayoría, somos así.

EMIGRAO: ¡Qué bueno que ya vamos poniéndole rostro a nuestros escritos!
La diferencia, Emigrao, entre estar ante un ordenador y pasar a otro en casa, yo la veo en que, mientras en uno puedes sufrir estrés, en el otro te relajas. Ya sé que en uno te ganas la monchetas y en el otro no. En el de casa ganas amigos.

CASTILLEJA: El poema que nos has escrito, lo he copiado y pegado para conservarlo. Me ha encantado. Ya sabes mis gustos en cuanto a la rima. Este, además de rima, tiene mensaje.
O sea, Castilleja, que a ti te viene al pelo eso de ‘Genio y figura, hasta la sepultura’
Me ocurre igual que a ti con las injusticias. Otra cosa que no soporto es la hipocresía. Para mí es la peor de las mentiras. Recuerdo que estando yo trabajando en Baqueira (tenía 18 años), tanto una como otra me ocasionaron más de un problema en el trabajo. Aquí, en Vitoria, me volvió a ocurrir. Yo tengo que ser un bicho raro. No escarmiento.

MARIA LUISA: No tengo que perdonarte nada; al revés, te agradezco que hayas accedido a mi deseo de que me tutees. Mayor lo soy, y hoy más que ayer. Soy un hijo de la posguerra; nací en 1943, el 16 de diciembre. Cuando cada día me miro al espejo para peinarme, no advierto el paso del tiempo. Cuando veo mis fotos de boda, por ejemplo, digo: “Macho, eres un carroza”
Dicen que el tiempo pasa volando. Yo opino que quienes pasamos volando somos nosotros.
Tú eres aún joven, pero esa ‘enfermedad’ es la única que se cura con el tiempo.

ALOSNERA Y OLÉ: Unos versos muy bonitos, que definen tus sentimientos a la tierra que te vio nacer y la que vio nacer a tus hijos. Es de bien nacido el ser agradecido.
Yo, cerreño como sabes, amo con locura a mi tierra, pero quiero y admiro a esta tierra que me dio aquello que en la mía no pude conseguir. Cuando hablamos del País Vasco, enseguida lo relacionamos con la violencia etarra. Eso, siendo cierto, no es del todo justo con el pueblo vasco y, como le confieso a Castilleja, la injusticia no va conmigo. Pero este es otro tema.
Las fotos en que aparezco con Antonio Escudero están enumeradas en HR con los números 185, 186, y 187
Un poquito más adelante, o quizás la siguiente está la de Emigrao.

A UN CERREÑO QUE NOS LEE Y NO NOS ESCRIBE: Juan, por favor, sal de tu puesto de ‘aguardo’ y échate el teclado a la cara. Quien quiere, puede. ¿Tú sabes el chiste del de la petaca? Pues yo, si me lo propongo, soy lo mismo de terco. Tu contraria debería colaborar un poquito conmigo.

Insisto tanto porque este cerreño está entusiasmado con nuestro foro, pero dice que no puede escribir por motivos que no vienen al caso.

Aunque me voy, no me voy.
Aunque me voy, no me ausento;
porque me voy de palabra,
pero no de pensamiento.

Un abrazo para todas y todos. Agur.