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EL CERRO DE ANDEVALO: Amigos y amigas:...

Amigos y amigas:

KURRA: Muchas gracias por el elogio, inmerecido, que haces de mi modesto poema sobre los abuelos. Al mismo tiempo me alegra que te haya traído recuerdos del tuyo. Yo he tenido la desdicha de no conocer a ninguno de mis abuelos varones. Cuando veo, leo, u oigo hablar de sus abuelos a alguien, no puedo evitar un sentimiento de desgracia por mi parte. Mira, en el foro de El Cerro escribe un amigo, MARQUEZ, que está en Suecia. Su primer mensaje lo hizo acompañando la foto de sus abuelos que él mismo había colgado poco antes. Está deseando que llegue Nochebuena para ir a El Cerro y estar con su abuelo (su abuela murió recientemente)

EMIGRAO: Por las fotos que me ha enviado Conchi, deduzco que os lo pasasteis bomba. Una vez conseguido el objetivo de reuniros y conoceros, pasarlo bien era lo más deseable. Yo me alegro de que así fuera.
Estoy de acuerdo contigo en cuanto que es la bollería la que causa esas enfermedades de moda. Un buen plato de jamón del nuestro, según mi hija Katybel, es infinitamente menos perjudicial que esos embutidos enlatados o embasados al vacío. No tiene ni conservantes ni colorantes, ni acelerantes, nileches. Tiene jamón, jamón.

MARI PAZ (M. P.) Me alegra que te gustara mi poema, que no es nada comparado con los que tú nos regalas. Lo cierto es que me cogió en uno de esos momentos melancólicos, y me salió de corrido.

ANTONIO ESCUDERO: Te imagino más liao que la pata un romano, así que no de entretengo. Sigue con tu Santa.

CONCHI: Gracias por tu deferencia al enviarme el E-mail de vuestro encuentro.

Aquí os dejo otro 'producto' made in Peter. No seáis muy exigentes, que no doy más.

UN REPASO FUGAZ

Estas mañanas de otoño,
teñidas de oscuridad,
me traen viejos recuerdos
de seres que no están ya.

Mis padres y mis abuelos,
se fueron al más allá,
Allí me están esperando
a que llegue desde acá.

La demora será corta,
pues no es extraño pensar
que al ser tan breve la vida,
esté cerca mi final.

Recuerdo cuando era un niño
que jugaba en el corral,
cubierto de piedras blancas
duras como el pedernal.

Había piedras rojizas,
(cuarzo sin cristalizar)
Esos eran mis cochinos
que no engordaron jamás.

Cuando pasó mi niñez,
empezó mi pubertad.
Cambió mi tono de voz,
que adquirió más gravedad.

Pubertad o adolescencia,
que también suelen llamar
a esa etapa de la vida
que marca a perpetuidad.

Llegada la juventud,
viene como un vendaval.
Nada resulta insalvable,
nadie nos puede parar.

Pero pasado algún tiempo
descubrimos la verdad:
Los problemas de la vida
no se resuelven sin más.

La madurez cuando llega
es nuestra etapa otoñal.
Atrás quedarán las hojas
y el viento las moverá.

Es etapa delicada,
que debemos bien cuidar,
teniendo siempre presente:
la juventud pasó ya.

Pasada la madurez
la senectud llegará
con su carga de recuerdos
a modo de gran caudal.

Este tramo de la vida
es el más duro de andar,
cualquier cosa nos complica
nuestro torpe caminar.

Pero llegado el momento
de nuestro paso final,
hagámoslo con buen pie,
y sin mirar hacia atrás.

Un abrazo para todos, nombrados o no. Agur.