Es una zona de
casas pequeñas y blancas, de mucha
tradición, toda ella rodeando la
Ermita de la
Virgen del Rocío, donde reside la Blanca Paloma, nombre que se le da a esta Virgen y de la que existen miles de devotos que semanalmente van a venerarla.
Sus singulares características urbanísticas y paisajísticas la convierten en un lugar único para vivir el fervor religioso hacia la "Blanca Paloma" y la placidez natural de Doñana. La actividad romera muy vinculada al
caballo ha configurado la aldea como paraje ideal para la práctica de actividades ecuestres, convirtiéndose en el principal referente de la Comarca en la organización de concursos hípicos.
Durante la
Romería del Rocío, más de un millón de personas se acerca a este lugar en la provincia de
Huelva para venerar a la Virgen, dándole un
colorido espectacular a esta aldea. Una Virgen que data del siglo XIV.