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Hola a todos:
Pienso Madre del Rocio en lo que grande que has echo esta tierra, no sabría que palabra poner para expresar la alegría del que es rociero y también de ese que aunque no te ha visto nunca en tu romería de Pentecostés ni en momento alguna de su vida de cerquita sino tan solo a través de una estampa o cuadro siente tu amorosa protección de Madre.
Blanca Paloma de las marismas almonteñas, no te he visto más que dos veces en la vida desde tu reja, era tan pequeño que apenas sabía lo que era la fe, pero hoy que tengo 19 años y me se cristiano y muy mariano ¡¡ hasta la médula!! solo deseo verte después de andar por el pesado arenal, y se que cuando llegué a tu reja podré decir que ¡¡SOY ROCIERO!!
Llegaré ante tus soberanas plantas como dice la sevillana, con polvo en los labios y sangre en los pies, pero cuando este frente a Tí, cara a cara, mis ojos buscaran los tuyos y ahí estaré para escucharte primero y que me escuches tu a mi como a cualquier hijo tuyo que te lleve en su corazón.
Un saludo a todos los rocieros y en especial a los Almonteños, de los que nunca se deja de aprender, se despide con un caluroso abrazo, José.
Pienso Madre del Rocio en lo que grande que has echo esta tierra, no sabría que palabra poner para expresar la alegría del que es rociero y también de ese que aunque no te ha visto nunca en tu romería de Pentecostés ni en momento alguna de su vida de cerquita sino tan solo a través de una estampa o cuadro siente tu amorosa protección de Madre.
Blanca Paloma de las marismas almonteñas, no te he visto más que dos veces en la vida desde tu reja, era tan pequeño que apenas sabía lo que era la fe, pero hoy que tengo 19 años y me se cristiano y muy mariano ¡¡ hasta la médula!! solo deseo verte después de andar por el pesado arenal, y se que cuando llegué a tu reja podré decir que ¡¡SOY ROCIERO!!
Llegaré ante tus soberanas plantas como dice la sevillana, con polvo en los labios y sangre en los pies, pero cuando este frente a Tí, cara a cara, mis ojos buscaran los tuyos y ahí estaré para escucharte primero y que me escuches tu a mi como a cualquier hijo tuyo que te lleve en su corazón.
Un saludo a todos los rocieros y en especial a los Almonteños, de los que nunca se deja de aprender, se despide con un caluroso abrazo, José.