Durante todo el mes de abril, andujar se convierte en un amasijo intransigente de nervios y emociones callejera. En una auténtica fiesta de clamor popular preludiada dia a dia en el ciudado y embellecimiento de todos los detalles que conforman andujar. Las casa, blanquean sus portadas con la cal hirviente de la tierra. De sus tejados despojan jaramgos nacidos del brote tras el paso invierno.. Los balcones, con el augurio primaveral, se cargan de nítidos colores surgidos tras un arrebato de fuerza florista, el barro, esencial en la vida artesana y aún doméstica, sirve con su rudo brillo a la galentería colorista de geranios, rosas, claveles que entrecruzansu amor, techando las estrechas callejas de recuerdos arábigos en un sueño andaluz de esperanza eterna.
Todo son preparativos de fiesta, en unos días señalados, por su fuerza y pasión hacia el mito virgina. Andújar es el marco triunfal de una entrega de siglos. En ella se vive por y para la romeria. Y si el último domingo de abril es el dia grande, los otros domingos, los otros dias, los otros meses del año son un pasillo de preparación, a todos los niveles, para la fiesta.
Dia a dia se manifiesta en Andújar una inquietante ansiedad popular, que cristaliza en una famosa romeria al cabezo con multitudinaria afluencia de hermandades y gente venidas de todos los lugares de nuestra geografia.
El viajero, el visitante no tendrá en esos días un segundo de soledad. No asomará en su rostro la duda de amistad en su relacion con las genes andujareñas. Eso sí, caminará despacio, con los brazos abiertos, sintiendo la solera de un pueblo. Todo será una breve pregunta en sus labios al dar cada paso, al ver cada rincón ancestral, cada color y sombra de su fisionomía. Sentirá necesidad de detenerse, olvidarse tal vez de su partida, o quizás dude y se quede para siempre. No puede describirse esa sensación que acontece a la ROMERIA en la ciudad de andujar. Nadie podrá narrarlo o describirlo certeramente. Hay que vivir aquí, para comprender esa inmensa simbología en sus múltiples ambientes. Guías, escritos, habrá que le indiquen un camino que siempre será aproximado a la realidad que verá uno mismo. Para Andujar es el sentir cotidiano de un año de felicidad colmado en una fecha y en una fiesta:LA ROMERIA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA.
Todo son preparativos de fiesta, en unos días señalados, por su fuerza y pasión hacia el mito virgina. Andújar es el marco triunfal de una entrega de siglos. En ella se vive por y para la romeria. Y si el último domingo de abril es el dia grande, los otros domingos, los otros dias, los otros meses del año son un pasillo de preparación, a todos los niveles, para la fiesta.
Dia a dia se manifiesta en Andújar una inquietante ansiedad popular, que cristaliza en una famosa romeria al cabezo con multitudinaria afluencia de hermandades y gente venidas de todos los lugares de nuestra geografia.
El viajero, el visitante no tendrá en esos días un segundo de soledad. No asomará en su rostro la duda de amistad en su relacion con las genes andujareñas. Eso sí, caminará despacio, con los brazos abiertos, sintiendo la solera de un pueblo. Todo será una breve pregunta en sus labios al dar cada paso, al ver cada rincón ancestral, cada color y sombra de su fisionomía. Sentirá necesidad de detenerse, olvidarse tal vez de su partida, o quizás dude y se quede para siempre. No puede describirse esa sensación que acontece a la ROMERIA en la ciudad de andujar. Nadie podrá narrarlo o describirlo certeramente. Hay que vivir aquí, para comprender esa inmensa simbología en sus múltiples ambientes. Guías, escritos, habrá que le indiquen un camino que siempre será aproximado a la realidad que verá uno mismo. Para Andujar es el sentir cotidiano de un año de felicidad colmado en una fecha y en una fiesta:LA ROMERIA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA.