En las mañanas calurosas es un placer pasear por esta plaza al amparo de las sobras de sus árboles y edificios.

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Pequeños botes con uno o dos motores transportan viajeros entre distintos puntos habitados de la bahía.

Hermosa imverla. Vale la pena vivir la experiencia de verla.

"Fuente sin agua", es algo común en muchos lugares de este país en el que la carencia del líquido elemento unido a la cortedad de ideas hace que nos encontremos estampas como esta por muchos pueblos y ciudades.

Quizás sea el edificio más alto de la población, al menos es el que se ve desde todos los sitios, el que rompe la línea y aporta poco a la ciudad.

Bonita plaza que concentra parte de la vida de la localidad.

las nubes y el sol, a la caída de la tarde, crean espectáculos para el deleite de la vista humana.

Los azulejos con escenas diversas dan alegría a las fachadas a la vez que las protegen de las inclemencia del tiempo.

En verano, uno de los lugares más demandados por la gente, son las playas de finas arenas y aguas claras y tibias.

Sin duda, fue una maestra que dejó recuerdo en el pueblo.

Río ancho que no separa a dos pueblos hermanos ya que los humanos han encontrado desde la antigüedad la forma de comunicarse.

En agradecimiento de los habitantes de la localidad, por haber sido el primer sacerdote que defendió a los pescadores principal fuerza social de la época en Isla Cristina.

Fue en principio Ermita y estaba situada a las afueras del pueblo. Fue fundada en el siglo XVI por el gremio de los marineros con cuyas rentas se financiaba, por lo que se cree que la madera utilizada puede ser de algún árbol tropical, ya que no se ha podido catalogar la especie.

Vida dura la de los marineros en cuyo trabajo buscan el amparo y protección de su patrona la Virgen del Carmen.