En esta fotografía vemos el retablo del altar mayor de nuestra Iglesia Parroquial de San Andrés, el cual es obra del siglo XVII.
Este retablo tiene un magnífico aspecto cuando se contempla desde lejos, no obstante, si nos aproximamos a él, nos daremos cuenta de que su estado de conservación es bastante precario, pues entonces podremos apreciar los siguientes desperfectos:
• Detrás del retablo existe un angosto pasillo, el trasagrario. Accediendo a este espacio podemos comprobar que la instalación eléctrica del conjunto se encuentra en un deficiente estado. A través del tiempo se han ido añadiendo cables que se entrecruzan, están sueltos, etc. Lo que conlleva un enorme riesgo para la integridad física de la obra.
• Tal vez lo más preocupante sea el estado de deterioro en que se encuentra la madera, ya que no sólo ha perdido en gran parte el oro y la policromía, sino que, además, está atacada por la polilla.
• El valioso relieve sobre madera de la Inmaculada Concepción se ha desplazado de su posición normal y sería conveniente determinar si corre peligro de desprenderse.
• En la parte izquierda del ático, donde se encuentra el Padre Eterno impartiendo su bendición, faltan unos adornos frutales que debieron de desprenderse hace años.
• Una imagen, la de San Pedro, está asegurada en su encasamiento por medio de un alambre.
Es evidente que afrontar esta restauración supone un enorme esfuerzo para el pueblo de Encinasola, por esto debería pedirse apoyo a otras instancias.
Tal vez una solución pudiera consistir en formar una “Comisión para la Restauración del Retablo del Altar Mayor”. Esta Comisión sería la encargada de llevar a cabo todas las gestiones que se considerasen necesarias para conseguir involucrar en esta tarea de restauración a todo tipo de entidades y particulares. También debería de recurrirse a que la situación de deterioro en que se encuentra el retablo se difundiese a través de los medios de comunicación, ya que esto puede provocar que alguna institución cultural o artística se sume a esta iniciativa, además, este tipo de informaciones no suponen una novedad, ya que suelen aparecer en Canal Sur con cierta frecuencia.
Debido a que completar esta restauración debe de requerir un largo período de tiempo y una elevada cantidad de recursos económicos, tal vez fuese conveniente programarla en varias etapas, esto es, iniciar la restauración por las piezas que se encuentren en peor estado de conservación o de equilibrio y, sucesivamente, continuar con el resto. De esta forma, al cabo de varios años podríamos contemplar nuestro retablo en perfectas condiciones.
Valonero.
Este retablo tiene un magnífico aspecto cuando se contempla desde lejos, no obstante, si nos aproximamos a él, nos daremos cuenta de que su estado de conservación es bastante precario, pues entonces podremos apreciar los siguientes desperfectos:
• Detrás del retablo existe un angosto pasillo, el trasagrario. Accediendo a este espacio podemos comprobar que la instalación eléctrica del conjunto se encuentra en un deficiente estado. A través del tiempo se han ido añadiendo cables que se entrecruzan, están sueltos, etc. Lo que conlleva un enorme riesgo para la integridad física de la obra.
• Tal vez lo más preocupante sea el estado de deterioro en que se encuentra la madera, ya que no sólo ha perdido en gran parte el oro y la policromía, sino que, además, está atacada por la polilla.
• El valioso relieve sobre madera de la Inmaculada Concepción se ha desplazado de su posición normal y sería conveniente determinar si corre peligro de desprenderse.
• En la parte izquierda del ático, donde se encuentra el Padre Eterno impartiendo su bendición, faltan unos adornos frutales que debieron de desprenderse hace años.
• Una imagen, la de San Pedro, está asegurada en su encasamiento por medio de un alambre.
Es evidente que afrontar esta restauración supone un enorme esfuerzo para el pueblo de Encinasola, por esto debería pedirse apoyo a otras instancias.
Tal vez una solución pudiera consistir en formar una “Comisión para la Restauración del Retablo del Altar Mayor”. Esta Comisión sería la encargada de llevar a cabo todas las gestiones que se considerasen necesarias para conseguir involucrar en esta tarea de restauración a todo tipo de entidades y particulares. También debería de recurrirse a que la situación de deterioro en que se encuentra el retablo se difundiese a través de los medios de comunicación, ya que esto puede provocar que alguna institución cultural o artística se sume a esta iniciativa, además, este tipo de informaciones no suponen una novedad, ya que suelen aparecer en Canal Sur con cierta frecuencia.
Debido a que completar esta restauración debe de requerir un largo período de tiempo y una elevada cantidad de recursos económicos, tal vez fuese conveniente programarla en varias etapas, esto es, iniciar la restauración por las piezas que se encuentren en peor estado de conservación o de equilibrio y, sucesivamente, continuar con el resto. De esta forma, al cabo de varios años podríamos contemplar nuestro retablo en perfectas condiciones.
Valonero.