En su término existen numerosos datos que constatan su
antigüedad. Restos prehistóricos que remiten mucho antes de la ocupación
romana. En plena Edad del Bronce Los turdetanos poblaron sus alrededores; los fenicios, los cartagineses... y finalmente los
romanos. Sin embargo, no se puede hablar de Escacena sin referirnos a Tejada, ciudad romana con el nombre de Ituci, de importancia equiparable a Itálica. De Ituci se cree pudo ser la esposa de Trajano, el ilustre andaluz que llegó a ser emperador del Imperio por antonomasia. Tejada vio crecer pequeños asentamientos a su alrededor. Cuando, no se sabe la razón, se despobló o se fue despoblando Ituci, uno de esos poblados heredó las riquezas, los cultivos, el
ganado de la ciudad vacía. Ese
pueblo fue
Escacena del Campo.
El libro 'Expedientes carcelarios de Escacena del Campo y El Granado (
Huelva). Prisión Provincial, 1936-1939' (Facediciones, 2008), de Juan José Antequera Luengo y Juan José Luengo Jiménez, da cuenta de cuantos vecinos sufrieron prisión durante la guerra civil española.
Existe un libro manuscrito, en poder de la
familia, titulado "Memorias de mi Prisión" narrado por el prisionero político, de Escacena del Campo Francisco Romero Sola, conocido en el pueblo por Frasco, entre los años 1936 y 1940, donde expresa la vivencia de las cárceles en estos años, el fue condenado a la pena capital, por haber pertenecido a la UGT, pero fue absuelto de ella, gracias a una gran mayoria de personas que facilitaron su firma para que dicha pena no se llevase a efectos, como fueron, entre otras, de de los barberos Martin y Blas. en esta memorias, narra mi tio, también, el nombre y vivencias de muchas personas de escacena, paterna,
chucena.
En el siglo XVI Escacena contaba con una
iglesia parroquial, dos
conventos de las Órdenes carmelita y franciscana y cuatro
capillas: la de la Trinidad, Soledad, del
Cristo de la Veracruz y la Misericordia. La existencia de
edificios religiosos y su notable población muestran los perfiles de un pueblo ya importante entre los de su comarca.
En 1575, Felipe II trató de vender la villa de Escacena a Francisco de Guzmán, marqués de Algaba. Pero será la ciudad de
Sevilla quien finalmente costee el pago, evitando que saliera fuera de su jurisdicción. Desde entonces, le fue concedida el privilegio de Villa Real.
En 1594 Escacena formaba parte del reino de Sevilla en el Axarafe y contaba con 389 vecinos pecheros
En 1833, con la formación de la provincia de Huelva, Escacena del Campo pasa a depender de ésta y del partido judicial de
La Palma del Condado, en detrimento de la provincia de Sevilla, con la cual de siempre había tenido más intensas relaciones económicas e históricas. En 1860 se producen nuevas modificaciones en los límites municipales, beneficiándose Escacena, que incorpora tierras de Andévalo a costa de su vecina Berrocal.