Mi
amigo Antonio Barbecho dice que en su estancia trabajando en
casa de nuestro amigo y maestro que fue Pedro Pérez (q. e. p. d.), acarreó
montañas de búcaros de
agua desde esta
fuente para el
bar, pues decírmelo a mi que yo estube antes que Antonio, y además 4 años, pero estos cuatro años me enseñaron a ser hombre en mi vida, nunca olvidaré los principios de mi vida laboral que los comencé con Pedro siendo un niño con 11 años.