En su cabecera se encuentra la
Capilla de la
Virgen de la Cinta, del siglo XV. Está comunicada con el presbiterio a través de dos
arcos de medio punto, cuyos pilares de ladrillo presentan ornamentación de mocárabes en los
capiteles. Cuenta con una
cúpula de dieciséis paños en ladrillo visto que fue descubierta en una restauración de 1921. La preside un
retablo neomudejar de mampostería con un azulejo de la Virgen de la Cinta, patrona de la ciudad. En el muro lateral hay una pintura decimonónica de
San Felipe Neri. En el primer tramo de la nave se abren tres
hornacinas parejas a las de la nave opuesta. La más cercana a la cabecera alberga una imagen policromada de San Rafael Arcángel, de principios del siglo XVIII. La central está ocupada por la imagen sedente de la Virgen de los Reyes, recompuesta por Antonio
León Ortega a partir de los restos de la antigua Virgen de Gracia que fue destruida en 1936. La más cercana a la
Puerta del
Mar está ocupada por una imagen de San Sebastián del siglo XVI que recibió culto como patrón de la ciudad. En el segundo pilar de la nave se abre una pequeña
hornacina que contiene la imagen de un Niño Jesús de plomo del siglo XVII. Es popularmente conocido como “El Porterito”. Pasado el cancel encontramos un retablo neobarroco de 1960 que alberga la imagen de Jesús Cautivo. Realizada por Antonio Bidón en 1946, concita gran devoción en su besapiés del primer viernes de marzo. Completa en la nave una pintura del Nazareno, copia de Tiziano, cedida por la Diputación Provincial, y una hornacina con la imagen de María Santísima de la Resignación en sus Dolores, titular de la Hermandad del Descendimiento. Es una obra de Antonio León Ortega de 1951 reformada por Luis Álvarez Duarte.