Así, bajo este halo de favores y curaciones, continuaría siendo venerada la imagen hasta que, finalmente, la península cae bajo la dominación musulmana y, ante el inminente peligro de profanación y destrucción de su sagrada patrona por parte de los sarracenos, dos sacerdotes aseguraron haber recibido la revelación de que fuera ocultada en el
mar hasta que Dios dispusiese un momento oportuno en que fuera nuevamente descubierta. Una vez establecidos los árabes, tomaron el cenobio y, en el
altar donde habría estado la
Virgen, colocaron el "zancarrón de Mahoma". Pero, y concediéndosele un nuevo prodigio a la Señora de
la Rábida, el hueso del profeta era echado reiteradamente al suelo, no permitiendo nunca que permaneciera mucho tiempo en el sitio que había estado la Virgen, hecho éste que habrían atribuido los seguidores del profeta a un supuesto encantamiento cristiano. Decidieron los árabes tener con ellos a un cristiano, ya que cada vez que retenían a uno cesaba el prodigio. Finalmente, no pudiendo soportar dichos sucesos, se negoció que fuese devuelto el cenobio a la cristiandad... Estuvo la gran Reina en su
Casa, con gran culto y haciendo el Señor grandes milagros... hasta que Anselmo Gómez y Leandro Alberto (los citados sacerdotes) les tocó estar por el año de 714, que viendo la total pérdida que iba sucediendo en
España, clamaban a Dios, de que, harían con la imagen de su Señora para que no fuese ultrajada de los sarracenos, y tuvieron estos dos sacerdotes revelación de que la echasen al mar... con gran dolor y lágrimas de todos la echaron al mar Océano no lejos de la costa, diciendo que cuando Dios fuese servido la descubriese.