El
Monasterio de
la Rábida, perteneciente a la Orden Franciscana y fundado en 1291, (la edificación actual es de los siglos XIV-XV), fue un lugar primordial para Cristóbal Colón, pues allí encontró cobijo y apoyo durante las tensas negociaciones con los Reyes Católicos para que estos sufragaran la expedición en busca de las Indias, negociaciones que duraron, nada menos, 7 años. En los
jardines de acceso al Monasterio nos reciben los
monumentos a Colón y los bustos de los franciscanos Juan Pérez y Fray Antonio de Marchena junto con el monolito de
piedra o “
Columna de los descubridores” erigido para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento. Y allí también está situada la Sede Iberoamericana de la Rábida que permite, a través de programas formativos, estrechar los lazos científicos con estudiantes e investigadores del otro lado del Atlántico. El Monasterio de la Rábida fue declarado el Primer
Monumento Histórico de los
pueblos hispanos, y Tercer Monumento Nacional (1856) y Patrimonio de la Humanidad. Su
iglesia, de estilo
gótico-mudéjar sufrió mucho a raíz del terremoto de Lisboa de 1755, pero aún conserva un valioso artesonado y frescos originales de la época.