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PRECIOSA ESTAMPA
Al ver esta fotografía, regresan a mi grandes recuerdos de mañanas y tardes de inviernos, cuando a la salida del colegio, con mi pincho y el canastillo, salía de gurumelos a los cercanos pero para mi edad lejanos huertos de la garrucha, y allí, entre grandes jaras, alargados y verdes eucaliptos, y algún que otro pino, que me empequeñecían aun mas cuando me adentraba en el monte, la compañía del silbar o el cantar de personas mayores que trabajaban los huertos, o aquellos que con los típicos cubos llevaban los desperdicios a las próximas zahúrdas y el los leves sustos al iniciar el vuelo rápido de alguna que otra “pitorra” que elevaban sus vuelos a mi paso por los barranquillos, los atardeceres de sombras producidas por aquellas enormes bandadas de palomas torcales que volaban bajas en busca de quedas en las umbrías para pasar la noche, o aquellas finas lluvias que hacían aun mas blanco los gurumelos en aquel pequeño canastillo de cañas.
---unsotieleño---.
Al ver esta fotografía, regresan a mi grandes recuerdos de mañanas y tardes de inviernos, cuando a la salida del colegio, con mi pincho y el canastillo, salía de gurumelos a los cercanos pero para mi edad lejanos huertos de la garrucha, y allí, entre grandes jaras, alargados y verdes eucaliptos, y algún que otro pino, que me empequeñecían aun mas cuando me adentraba en el monte, la compañía del silbar o el cantar de personas mayores que trabajaban los huertos, o aquellos que con los típicos cubos llevaban los desperdicios a las próximas zahúrdas y el los leves sustos al iniciar el vuelo rápido de alguna que otra “pitorra” que elevaban sus vuelos a mi paso por los barranquillos, los atardeceres de sombras producidas por aquellas enormes bandadas de palomas torcales que volaban bajas en busca de quedas en las umbrías para pasar la noche, o aquellas finas lluvias que hacían aun mas blanco los gurumelos en aquel pequeño canastillo de cañas.
---unsotieleño---.