Mis pasos por la Antilla, desde la desembocadura del Piedras hasta Matamoros, han sido los más felices de mi vida. éso, ya, no me lo quita nadie... Y sólo el que como yo, los ha disfrutado con sus pies, sabe de lo que hablo. !Hay muchos otros lugares leperos que saborear con pasos parsimoniosos! Cuando lo hayais hecho podréis opinar con razón.