6-LEPE (LAPP) HUELVA
Es un Iqlim de la Cora de Labla, ubicada en la Comarca de la Costa Occidental y su término municipal se encuentran a 24 km de playa que engloba La Antilla, Nueva Umbría y la parte oriental de Isla Antilla y está a una distancia de 31 km de Huelva Capital.
El núcleo del Lepe está formado por La Barca, Pinares del Lepe, El Terrón, La Antilla y la parte de Isla Antilla mancomunada con Isla Cristina. El Parque Natural Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido es el patrimonio natural del municipio y está incluida la Playa de Nueva Umbría con uso mixto virgen y nudista.
Dispone del puerto pesquero El Terrón, la Ermita de Nuestra Señora la Bella o la Torre del Catalán.
La ciudad fue fundada por los fenicios localizándola en un pequeño valle junto al río Piedras, siendo posteriormente ocupada por romanos y árabes. Tuvo mucho protagonismo en la colonización y conquista de América entre los que destacaron Rodrigo Pérez de Acevedo, Álvaro Alonso Barba, Cristóbal Méndez, Manuel Vela y Fray José Oria Castañeda.
La toponimia de su nombre se la asocia con los asentamientos romanos denominados Laipe Magala según Rodrigo Caro en 1634; Laepe según García Bellido en 1947 y Praesidium según Luzón en 1975. Tras la conquista árabe, Lepe se transforma de una pequeña alquería en una ciudad al lado del mar Océano como la describió el geógrafo oriental Yaqut al-Hamawi en 1229. El nombre durante la presencia árabe es Labb, de la que se deriva la denominación actual.
La historia del Lepe se divide en diferentes etapas:
-Edad Antigua.
Según las investigaciones prehistóricas se han encontrado yacimientos del Neolítico y de la Edad del Bronce pero no se han hallado testimonios de asentamientos estables en su término municipal.
La civilización tartesia no se extendió en este lugar a excepción de los vestigios encontrados en la Torre del catalán que se relacionan con el tráfico comercial de la plata.
En época romana se han descubierto la existencia de villas rústicas en su localización así como factorías pesqueras en Vallesequillo y El Terrón.
Actualmente se mantiene la actividad pesquera en el Puerto del Terrón y durante la romanización es cuando tiene un gran protagonismo el pueblo del Lepe vinculado a la agricultura y a la pesca del Puerto del Terrón considerándose durante este periodo la fundación de la ciudad.
-Edad Media.
Tras la presencia musulmana en Hispania, sería Tarek quien ocupará el lugar y se integraría en la Cora de Labla durante el Califato de Córdoba y desintegrado éste, se integró en la Cora de Niebla hasta la conquista cristiana por el rey Alfonso X El Sabio de Castilla.
El rey concedió este territorio a la Orden del Temple quienes propiciaron la repoblación de la zona por gentes procedentes de Castilla.
Una vez disuelta la Orden en el período entre 1307 a 1312 fue adquirida la villa junto a Ayamonte por Dª María Coronel formando parte del Señorío de la Casa de los Guzmanes, posteriores Señores de Niebla bajo cuya jurisdicción estuvo hasta mediados del siglo XV. Sería después D. Juan Alonso de Guzmán I Duque de Medina-Sidonia quien cedió Lepe, Ayamonte y La Redondela a su hija DªTeresa de Guzmán como dote en el matrimonio con D. Pedro de Zúñiga formándose el Marquesado de Ayamonte que se ha mantenido unido al Lepe hasta el año 1812 que se proclamó la Constitución del 1812, donde fueron abolidos los Señoríos.
Se sabe que existía un castillo que era propiedad de los Marqueses de Ayamonte pero poco se conoce de este monumento y solamente el lugar donde estaba ubicado, próximo a la plaza de España. Sobre su fecha de construcción se conoce que estaba construido en 1444 y que seguían en el pie parte de sus muros en 1847 aunque después fuese demolido totalmente.
-Edad Moderna.
En esta época se conocen testimonios del protagonismo en los viajes descubridores de los portugueses en tierras africanas y de los viajes precolombinos o expediciones que se realizaron a otros lugares.
Entre léperos famosos destacan Sebastián Rodríguez que fue el portador de la carta de Isabel I de Castilla dando el consentimiento real a Cristóbal Colón y del colonizador Francisco de Torres, que era cuñado de Díaz de Solís y que le acompañaría en su viaje el 8 de octubre de 1515, quien daría el nombre a las Islas Torres en Uruguay.
-Edad Contemporánea.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía sus partidas de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de La Mancha, Jaén y Córdoba. Otras partidas de guerrilleros fueron también muy activas en Córdoba, Sevilla y Huelva como las de Bustamante, Bartolo y Trigo.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
En el año 1833, Javier de Burgos ministro de Fomento realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Lepe dentro de la provincia de Huelva.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Lepe es ocupada por el bando nacional.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernando; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.
Es un Iqlim de la Cora de Labla, ubicada en la Comarca de la Costa Occidental y su término municipal se encuentran a 24 km de playa que engloba La Antilla, Nueva Umbría y la parte oriental de Isla Antilla y está a una distancia de 31 km de Huelva Capital.
El núcleo del Lepe está formado por La Barca, Pinares del Lepe, El Terrón, La Antilla y la parte de Isla Antilla mancomunada con Isla Cristina. El Parque Natural Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido es el patrimonio natural del municipio y está incluida la Playa de Nueva Umbría con uso mixto virgen y nudista.
Dispone del puerto pesquero El Terrón, la Ermita de Nuestra Señora la Bella o la Torre del Catalán.
La ciudad fue fundada por los fenicios localizándola en un pequeño valle junto al río Piedras, siendo posteriormente ocupada por romanos y árabes. Tuvo mucho protagonismo en la colonización y conquista de América entre los que destacaron Rodrigo Pérez de Acevedo, Álvaro Alonso Barba, Cristóbal Méndez, Manuel Vela y Fray José Oria Castañeda.
La toponimia de su nombre se la asocia con los asentamientos romanos denominados Laipe Magala según Rodrigo Caro en 1634; Laepe según García Bellido en 1947 y Praesidium según Luzón en 1975. Tras la conquista árabe, Lepe se transforma de una pequeña alquería en una ciudad al lado del mar Océano como la describió el geógrafo oriental Yaqut al-Hamawi en 1229. El nombre durante la presencia árabe es Labb, de la que se deriva la denominación actual.
La historia del Lepe se divide en diferentes etapas:
-Edad Antigua.
Según las investigaciones prehistóricas se han encontrado yacimientos del Neolítico y de la Edad del Bronce pero no se han hallado testimonios de asentamientos estables en su término municipal.
La civilización tartesia no se extendió en este lugar a excepción de los vestigios encontrados en la Torre del catalán que se relacionan con el tráfico comercial de la plata.
En época romana se han descubierto la existencia de villas rústicas en su localización así como factorías pesqueras en Vallesequillo y El Terrón.
Actualmente se mantiene la actividad pesquera en el Puerto del Terrón y durante la romanización es cuando tiene un gran protagonismo el pueblo del Lepe vinculado a la agricultura y a la pesca del Puerto del Terrón considerándose durante este periodo la fundación de la ciudad.
-Edad Media.
Tras la presencia musulmana en Hispania, sería Tarek quien ocupará el lugar y se integraría en la Cora de Labla durante el Califato de Córdoba y desintegrado éste, se integró en la Cora de Niebla hasta la conquista cristiana por el rey Alfonso X El Sabio de Castilla.
El rey concedió este territorio a la Orden del Temple quienes propiciaron la repoblación de la zona por gentes procedentes de Castilla.
Una vez disuelta la Orden en el período entre 1307 a 1312 fue adquirida la villa junto a Ayamonte por Dª María Coronel formando parte del Señorío de la Casa de los Guzmanes, posteriores Señores de Niebla bajo cuya jurisdicción estuvo hasta mediados del siglo XV. Sería después D. Juan Alonso de Guzmán I Duque de Medina-Sidonia quien cedió Lepe, Ayamonte y La Redondela a su hija DªTeresa de Guzmán como dote en el matrimonio con D. Pedro de Zúñiga formándose el Marquesado de Ayamonte que se ha mantenido unido al Lepe hasta el año 1812 que se proclamó la Constitución del 1812, donde fueron abolidos los Señoríos.
Se sabe que existía un castillo que era propiedad de los Marqueses de Ayamonte pero poco se conoce de este monumento y solamente el lugar donde estaba ubicado, próximo a la plaza de España. Sobre su fecha de construcción se conoce que estaba construido en 1444 y que seguían en el pie parte de sus muros en 1847 aunque después fuese demolido totalmente.
-Edad Moderna.
En esta época se conocen testimonios del protagonismo en los viajes descubridores de los portugueses en tierras africanas y de los viajes precolombinos o expediciones que se realizaron a otros lugares.
Entre léperos famosos destacan Sebastián Rodríguez que fue el portador de la carta de Isabel I de Castilla dando el consentimiento real a Cristóbal Colón y del colonizador Francisco de Torres, que era cuñado de Díaz de Solís y que le acompañaría en su viaje el 8 de octubre de 1515, quien daría el nombre a las Islas Torres en Uruguay.
-Edad Contemporánea.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía sus partidas de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de La Mancha, Jaén y Córdoba. Otras partidas de guerrilleros fueron también muy activas en Córdoba, Sevilla y Huelva como las de Bustamante, Bartolo y Trigo.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
En el año 1833, Javier de Burgos ministro de Fomento realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Lepe dentro de la provincia de Huelva.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Lepe es ocupada por el bando nacional.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernando; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.