Niebla “La Roja” (Lebla al-Hambra). Aquí dejamos la autopista para entrar en otra época a través de un
puente romano bajo el que discurren las
aguas rojas del
río Tinto impregnadas del mineral de hierro de las tierras que atraviesa. Quedan restos de algunos
molinos árabes en la ribera del cauce del río; claramente, por nuestra derecha, podemos ver un cercano azud con su ruido característico de suave
cascada derivando el
agua hacia uno de esos molinos. Nos sentimos ya de otra época cuando unos metros más adelante empezamos a ver los primeros lienzos rojos de la
muralla musulmana más importante de
España con sus 2.000 metros de recorrido, erigidos en la transición almorávide-almohade. Inevitablemente su presencia nos recuerda muchas de las grandes
murallas que conocemos del Magreb, sobre todo las de Rabat. Al salir del acondicionado aire de nuestro autobús nos preguntamos si el aire que respiramos frente a estas murallas no era aire africano y con esa sensación entramos por una de sus
puertas, la del Socorro, la misma por donde entró Alfonso X el Sabio para tomar la ciudad árabe harta ya de asedio.