Su construcción comienza en el año 1402, cuando Don Enrique de Guzmán, el segundo duque de Medina sidonia y cuarto de
Niebla,... derribó el Alcázar Viejo dándole la forma que hoy tiene, haciendo un
palacio real magnífico, dejando la parte más interesante y fastuosa del tiempo de los árabes, reconstruyendo espléndidamente la
torre del
homenaje de los árabes y dejándola tan hermosa que igualaba en esplendidez a la Giralda de
Sevilla (hoy llamada todavía murete de la Reina). Estaba adornada de magnífica
puerta de estilo
gótico florido, rematándola el
escudo de la
casa condal orlado de
castillo y leones, preciosos balconajes con antepechos góticos de encajes de
piedra viéndose en la parte superior un barandal de primorosa labor con mucho parecido a los que todavía tienen y se ven en la casa solariega llamada el Cordón en
Burgos y en el maravilloso
Monasterio de las Huelgas (MARÍN, 1982).