Tras la ocupación por los jefes
militares visigodos y la reparación necesaria de distintos elementos, los árabes lo decoran con revestimientos de azulejos de
colores, yeserías e inscripciones y
cerámicas,
fuentes y una
noria de riego para los
jardines, convirtiéndolo en Alcázar o
Palacio. En 1402 serán los Guzmanes, duques de estas tierras los que pasen a derribar el antiguo Alcázar y construyan el actual palacio, pero conservando y restaurando la parte más interesante y preciosa de época islámica, como su
torre del
homenaje. El palacio es de estructura rectangular central. Un muro interior separa la zona doméstica, la zona lujosa, de la
militar. El palacio tiene diez
torres, seis cuadradas en las
esquinas - incluyendo la del homenaje, y dos más en los extremos del muro interior. Otras cuatro tienen forma de cubo semicircular y se alternan con las anteriores. Además, el palacio se extiende en un nuevo recinto o barbacana por los lados Sudeste y Oeste