Con esta
exposición de varios "instrumentos de tortura" comienza un tiempo de reflexión. Desterrado el viejo concepto gracias al articulo V de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pensábamos todos que podíamos decir "Nunca Más". Desgraciadamente, estos instrumentos han sido más sofisticados si cabe. Hoy las personas son torturadas de una forma tan sofisticadas que casi ni nos percatamos de que se trata efectivamente de tortura. Pero la tortura es tortura sea cual sea el ropaje del cual se vista. Pensábamos que, en nuestros días, no podían suceder cosas tan terribles. Desafortunadamente, estábamos engañados. A fines del siglo XXI, vemos en Europa, África, Asia y las Américas, millares de personas que huyen para no ser fusilados. Otras veces, abandonan a sus seres más queridos, pero el cansancio, el hambre o la enfermedad obligan a regresar para que la
familia pueda sobrevivir. Y los que se quedan se vuelven presa fácil en manos de los torturadores. Es en este contexto que apoyamos e invitamos a todos a visitar esta exposición con algunos instrumentos de tortura que incita a reflexionar sobre los efectos nefastos de la guerra, la discriminación, el hambre y el analfabetismo con otras formas de tortura. Dice el artículo III de la Declaración de los Derechos Humanos. "Todos los hombres tienen derecho a la vida, a la libertad y a su seguridad personal."Si no somos capaces de aplicarlo o de alzarnos con nuestras voces, para que este pensamiento se vuelva realidad no podemos decir "NUNCA MÄS".