Rio Tinto: En 1873 la compañía inglesa Río Tinto Company Limited compró estas
minas, modernizó la maquinaria, racionalizó la explotación y se puso a ordeñar al tierra con tal intensidad que en un año se extraía más mineral que antes en un siglo. El saqueo duró hasta 1954, en que la
mina volvió a manos españolas. Cuando ya no era negocio, lógicamente. Al viajero le llamará la atención el
paisaje lunar de la denominada Corta Atalaya, una vasta explotación a
cielo abierto que es como una pirámide invertida: un enorme cráter que alcanza los 335 metros de profundidad y tiene más de un kilómetro de diámetro, con una bajada en espiral, además, para camiones y excavadoras. Se trata de una de las más grandes del mundo. A imagen y semejanza de las minas de Almadén, disfrutar de las minas de Riotinto es un espectáculo único para los sentidos. Desde la Corta Atalaya se accede a la
cueva de
Pozo Alfredo, la Altamira de la geología, obra de
arte de la
naturaleza, espectacular joya cromática que vira del azul al verde en una gama infinita, sublime tecnicolor creado por la gran densidad de concreciones de mineral de cobre y hierro. Viajar por
España descubre a quien lo hace, en ocasiones, maravillas naturales como esta. Otra espectáculo geológico, diferente a Riotinto, es la cueva de El Soplao (
Cantabria)