Algo habitual en
Huelva,
Niebla ya estaba habitada en el Neolítico. Así lo demuestra el asentamiento de Los Bermejales. En él se han encontrado trabajos de
piedra y elaboraciones
cerámicas. También sobresale el yacimiento del Dolmen de La Lobita. Los fenicios llamaron Ilipula al lugar, mientras que los cartagineses la convirtieron en una ciudad fuerte y comercial. Los
romanos liderados por el general Publio Cornelio Escipión Africano debieron de atacarla reiteradamente hasta conquistarla. Tras la toma, la consideraron importante pues edificaron un
acueducto, calzadas,
termas y una ceca para acuñar moneda. Llamada Ilipla por los visigodos, gozó de gran relevancia
militar y religiosa. A este respecto, fue sede episcopal desde el año 466. Especial relevancia tuvo su obispo Vincomalos, “el vencedor de los pecadores”, cuya lápida funeraria del 509 puede verse en el
Museo Provincial de Huelva. Los titulares de la diócesis firmarían en los concilios de
Toledo.