Estuve trabajando unos meses en vuestro maravilloso pueblo, y un trozo de mi alma y de mi corazón dejé allí por una de vuestras bellas mujeres, estais embelezados con las polacas y rumanas que llegan allí todos los años, y no os dais cuenta que lo mejor de palos son vuestras mujeres.
Viva el producto nacional.
Viva el producto nacional.