Pararse en el castillo de San marcos a contemplar este bello paisaje de los pueblos que se miran en las orillas del río Guadiana, merece la pena. Puedes contemplar la quietud de lo estático. Puedes oir el sonido del silencio, el ladrar de los perros callejeros, el trinar de los pájaros, el soplo del viento.puedes incluso oir tu propia voz interior. Ven a experimentarlo.