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Cuando uno pasea por un pueblo, bien sea el suyo propio, u otro que se visita, gusta de contemplar bellos rincones y paisajes. A esto añadiremos que es muy agradable encontrar gente amable. También en un pueblo nos gusta saborear su gastronomía. Y no olvidemos sus monumentos y lugares típicos, y sus fiestas y tradiciones. En fin son tantas las cosas que nos gusta en encontrar en un pueblo, que no podemos reflejarlas en su totalidad. Pero a todo ello hay que agregar algo que no podemos pasar por alto y es la limpieza con que se presenta el pueblo. La limpieza de sus calles, de sus fachadas, de sus solares, de sus fuentes, de sus jardines, etc. La limpieza de las calles de un pueblo es el fiel reflejo del pueblo y de sus habitantes. Un pueblo limpio, con calles limpias, con fachadas encaladas, jardines cuidados, etc., invita al paseo, al deleite de saborear la idiosincrasia del pueblo y sus habitantes.
Por eso cuando voy a Santa Bárbara y paseo por sus calles me fijo en ellas porque habitualmente están limpias y es un gusto verlas así. Pero a veces vemos restos de esos malditos plásticos que no invaden. Bolsitas de plásticos de chucherías, papeles, y restos de diversas cosas que tal vez inconscientemente algunos arrojan al suelo. Y son los habitantes del pueblo los que tienen la solución del problema. Son ellos los que tienen que velar porque sus calles estén limpias, sin papeles ni plásticos. Es una obligación que tenemos todos los que paseamos por sus calles. No hay duda de que si la mayoría cumplimos con esa obligación, el Pueblo será distinto y estará bien valorado por sus visitantes y resultará mas agradable para sus vecinos.
Por eso cuando voy a Santa Bárbara y paseo por sus calles me fijo en ellas porque habitualmente están limpias y es un gusto verlas así. Pero a veces vemos restos de esos malditos plásticos que no invaden. Bolsitas de plásticos de chucherías, papeles, y restos de diversas cosas que tal vez inconscientemente algunos arrojan al suelo. Y son los habitantes del pueblo los que tienen la solución del problema. Son ellos los que tienen que velar porque sus calles estén limpias, sin papeles ni plásticos. Es una obligación que tenemos todos los que paseamos por sus calles. No hay duda de que si la mayoría cumplimos con esa obligación, el Pueblo será distinto y estará bien valorado por sus visitantes y resultará mas agradable para sus vecinos.