Buenas tardes.
Acabo terarme de la muerte de la madre de Antonio.
Mi más sentido pésame amigo y unos humildes versos para ella.
Acaricié su cara con la mía
rodeando mis brazos su cintura,
una noche callada tan oscura,
que su cuerpo inerte estremecía.
No escuchaba la dulce melodía
que otras veces gozamos con ternura
y lloré de tristeza y de locura
admirando su piel pálida y fría.
Era tan sutil, suave, bondadosa,
se alejaba entre nubes hacía el cielo
con serena mirada en su agonía.
Se apagaba lo mismo que una rosa
pasada sobre un témpano de hielo
aunque su almagozosa sonreía.
Fermina.
Paz y tranquilidad
Acabo terarme de la muerte de la madre de Antonio.
Mi más sentido pésame amigo y unos humildes versos para ella.
Acaricié su cara con la mía
rodeando mis brazos su cintura,
una noche callada tan oscura,
que su cuerpo inerte estremecía.
No escuchaba la dulce melodía
que otras veces gozamos con ternura
y lloré de tristeza y de locura
admirando su piel pálida y fría.
Era tan sutil, suave, bondadosa,
se alejaba entre nubes hacía el cielo
con serena mirada en su agonía.
Se apagaba lo mismo que una rosa
pasada sobre un témpano de hielo
aunque su almagozosa sonreía.
Fermina.
Paz y tranquilidad