Buenos días, amigos de Santa Bárbara.
ANTONIO ESCUDERO: Supongo que por ahí tendréis buen tiempo (una vez pasada la romería, claro). Por aquí valdría decir lo de la hora en la Península y en Canarias. "En Andalucía es primavera; una estación menos en el Norte" Han vuelto las lluvias, el viento y, sobre todo, el frío.
Tu permiso el miércoles pasado (HR) me llegó un poco tarde, ¿no te parece?
Como hace algún tiempo que no aparecen tus poesías, yo me he atrevido a escribir esta especie de fábulilla.
HOMBRE CABAL
Hace mucho tiempo
-no recuerdo ya-,
existió en mi pueblo
un hombre cabal.
Era su palabra,
su firma legal,
y siempre cumplía,
con puntualidad.
Una vez quisieron
al hombre engañar,
pero él les dijo:
“Del trato, ni hablar”
“Yo con mala gente
no quiero amistad.
Pregunto a los ojos
que dicen verdad”.
“Los vuestros son torvos,
no son de fiar;
los tratos conmigo
son de igual a igual”.
“No quiero papeles,
no hay necesidad,
y si alguien los quiere,
que vaya a otro lugar”
“La palabra dada
es como un aval,
si quien la pronuncia
no tiene maldad”.
¿Cuántos de estos quedan
en la actualidad?
Pienso que muy pocos
deben de quedar.
Moraleja: No se necesitaría tanta burocracia y tantos tribunales de justicia, si todos obráramos con dignidad, sin malicia y, sobre todo, sin egoísmos.
Un abrazo para todos
ANTONIO ESCUDERO: Supongo que por ahí tendréis buen tiempo (una vez pasada la romería, claro). Por aquí valdría decir lo de la hora en la Península y en Canarias. "En Andalucía es primavera; una estación menos en el Norte" Han vuelto las lluvias, el viento y, sobre todo, el frío.
Tu permiso el miércoles pasado (HR) me llegó un poco tarde, ¿no te parece?
Como hace algún tiempo que no aparecen tus poesías, yo me he atrevido a escribir esta especie de fábulilla.
HOMBRE CABAL
Hace mucho tiempo
-no recuerdo ya-,
existió en mi pueblo
un hombre cabal.
Era su palabra,
su firma legal,
y siempre cumplía,
con puntualidad.
Una vez quisieron
al hombre engañar,
pero él les dijo:
“Del trato, ni hablar”
“Yo con mala gente
no quiero amistad.
Pregunto a los ojos
que dicen verdad”.
“Los vuestros son torvos,
no son de fiar;
los tratos conmigo
son de igual a igual”.
“No quiero papeles,
no hay necesidad,
y si alguien los quiere,
que vaya a otro lugar”
“La palabra dada
es como un aval,
si quien la pronuncia
no tiene maldad”.
¿Cuántos de estos quedan
en la actualidad?
Pienso que muy pocos
deben de quedar.
Moraleja: No se necesitaría tanta burocracia y tantos tribunales de justicia, si todos obráramos con dignidad, sin malicia y, sobre todo, sin egoísmos.
Un abrazo para todos
