¡Como no nos vamos a acordar de Don Eduardo! En una
escuela que se mojaba como un canasto, sin retrete alguno, el único, la pared de la carnicería. Pintaba muy bien y te doy fe de ello, sobre todo del
mapa de
España con sus provincias, que me la se de arriba a abajo. Yo me encargaba de dar las clases a mis compañeros más atrasados, lo mismo que otros hacían lo mismo, con el mapa de los
ríos o de
montaña. Recuerdo que hicimos una especie de concurso de dibujo y se les entregó al
ayuntamiento, aquellos
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