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SANTA BARBARA DE CASA: Como diría el "Chavo del Ocho" (fué sin querer queriendo)...

PEDRO, así es, vale más una imagen que mil palabras, tú serás bienvenido allá donde nos encontremos, por eso te espero en la romería, ya sé que lo más probable es que no vengas, pero si vienes aquí nos encontrarás, hoy precisamente es la presentación de la revista sobre las 12 de la mañana, es el primer acto que se va a celebrar en honor a San Sebastián, así que allí estaremos, se celebrará en el salón de actos Pedro Cordero, que fué nuestro primer alcalde democrático en el pueblo, el día ha amnecido espléndido, por lo menos en el clima no nos quejaremos.

LUCIANDO, claro que sí, es bueno recordar, ahí te mando algo de mi creación que aunque no rima va relacionado con nuestro pueblo.

NOSTALGIA

Este es mi pueblo, que gran pueblo ¿verdad?, Santa Bárbara Bendita en su Ermita, y San Sebastián en el altar de la Iglesia Parroquial.
Calles estrechas y encaladas, que maravilla ¿verdad?
Tejados rojizos, hechos de tejas en el tejar, que maravilla ¿verdad?
Ancianos sentados en el umbral, tomando el sol antes de escapar, que maravilla ¿verdad?
Campos con hierbazales y matorral, que más te puedo contar.
Jóvenes paseando y tomando una copa en el bar, a su pueblo siempre volverán.
El vuelo de la cigüeña, aposándose en el trigal, y la alondra en el cielo volando está, qué verdades nuestra naturaleza nos dá.
El canto de la perdiz en la lejanía del olivar, yo quisiera observar, como la madre a su niño que en la cuna está.
El trinar del jilguero aposado en la rama del encinar, y el gorrión haciendo su casa está, en el tiempo primaveral, qué lección de sociabilidad estos pájaros nos dán.
EL arroyo de la corte y el de casa que más cerca está, sus aguas se van perdiendo y alguna vez llegarán al mar, que en la lejanía está.
Los olivares y encinares que perdurarán, mientras haya personas que los quieran conservar.
Los molinos de viento y agua, que solo la sombra queda ya, como don Quijote que en la Mancha está.
Los pinares centenarios, que pocos quedan ya, y que tristes y solitarios hay que verlos pasar.
Los caminos de los “positos”, chabuco y manantial, si por ellos vas, sentirás el paso de nuestras madres que allí iban a lavar.
Oír una conversación de vecinas, tomando el fresco en las calurosas noches de verano que tenían que soportar, eso era algo cabal.
Sentarse al lado de una chimenea, para sobrellevar el frío invernal, con una taza de café que nunca debía de faltar, eran otros tiempos que no se olvidarán.
Mujeres arrancando jaras en el montarral, historia que jamás se repetirá.
Segar el trigo y la cebada a mano, hasta los dedos encallar, no lo quiero recordar.
La siega, la trilla y el “acarreo” al pajar, trabajos de campo que en el olvido están ya, así como dormir en la “era” y por la mañana despertar.
La recogida de la aceituna y la bellota en el frío invernal, heladas se me quedan las manos en pensar en tal faena laboral.
Lavar en el arroyo a mano y con delantal, esto no quiero que llegue más.
De chiquillo con mi madre al arroyo iba a parar, ella lavaba la ropa, el agua se la llevaba yo, y así hasta el atardecer que a casa volvíamos otra vez.
Recuerdo esas escuelas de pizarra y pizarrín, maestros de tableta en mano, te mandaban al rincón, y allí de rodillas el castigo debías cumplir, si antes no te habías aprendido la lección.
Emigrar fuera de mi pueblo natal, tampoco lo deseo más.
Los paseos en la calle rica, de ellos solo queda ya, nostalgia y melancolía de aquellos que quieran recordar.
Tomar el fresco en la “resolana”, todavía se puede ver, jugar al hoyo con perras “gordas” y monedas de “real”, eso jamás se verá.
El cine de verano también se puede recordar, pero tan lejano queda ya que lo mejor es olvidar
En los años sesenta y setenta, gente de mi pueblo a Levante, Cataluña y al País Vasco se fue, y allí en aquel lugar a sus hijos vieron crecer, y de aquellos lugares lejanos, algunos quisieron volver, y en su pueblo se establecieron otra vez, con el pensamiento puesto en la familia que no ven, y así van pasando los días de su digna vejez.
Saludar a los amigos que en la lejanía están, esto sí quiero que se repita cada vez más.
Ver cómo pasa el tiempo, no quisiera recordar, pero es la pura verdad.
Recordar a los que se fueron y jamás volverán, es ley de vida que hay que aceptar.
También podemos recordar aquellas ferias interminables, noche y día con bailes y alegría a raudal, cunitas y voladoras, la tómbola de Ricardo y el puesto de turrón que en la esquina del porche se podía observar.
La gira es también para recordar, pero tenemos nuestra romería que está para reventar, con tres días de alegría que jamás se olvidarán, con la gente cantando y rezando, junto a su Patrón San Sebastián.

Como diría el "Chavo del Ocho" (fué sin querer queriendo)
Caminante para ser reacio a los temas nostálgicos, la verdad es que te lo has currao de lo lindo. Muy bueno si señor.
Fijaté que con bien pocas palabras has conseguido hacer una Foto antigua de la historia del pueblo y de los de la comarca. Salu2