PEDRO, cuantos recuerdos de esos contrabandistas. En mi mente, una paisana, disminuida, que lo hacía con el café. Creo que la guardia hacia vista gorda, para con esta sencilla mujer que le era dificultoso el andar. Tuvo un hijo que le regalo dos nietos y que murió bastante joven. Para mí, era todo un personaje al que veía pasar por una finca que tenían mis padres, entre Paymogo y Santa Bárbara, siendo yo un crío.
Felicidades por esas letras.
Un abrazo
Felicidades por esas letras.
Un abrazo