Buenas noches, amigos de Santa Bárbara.
ANTONIO ESCUDERO: Cuentan que Felipe II le dijo a su mayordomo, o lo que fuera, “Vísteme despacio que tengo prisa” Pues tu, con el ordenador, aplícate el cuento. Seguro que las prisas no son porque te estuviera esperando la novia.
A mí también me ha pasado alguna vez lo que cuentas, pero he tomado la decisión de escribir el mensaje primero en un documento Word, y luego copiar y pegar. Así si a la hora de enviarlo meto el dedo donde no debo y me cargo el mensaje, vuelvo a pegarlo, y asunto concluido.
Por lo que contáis, ahí está haciendo bastante calor. Aquí, no hace frío, pero no sudamos. Estamos un poco pasados por agua. Todos los días llueve un poquito a base de tormentas.
Me viene como dios para el huerto.
¿CALOR?, NO, GRACIAS
En verano ¡qué calor!,
y en el invierno ¡ay qué frío!,
Yo prefiero lo segundo.
A mí me agobia el estío.
Si tienes frío, te tapas,
pero el calor, ¡ay Dios mío!,
ni poniéndote en pelotas
consigues estar fresquito.
Si bebes, ¡ya estás sudando!,
y si no bebes, lo mismo.
Parecemos una esponja
empapada de rocío.
Te metes en la piscina
y sientes un gran alivio,
pero ¿siempre vas a estar
en la piscina metido?
Si las casas de hoy en día,
con paredes de ladrillos,
tuvieran gruesas paredes,
como las casas de antiguo….
El calor se sentiría
mucho menos; os lo digo.
Paredes hechas de piedras
o de adobes, da lo mismo.
Porque el ladrillo no absorbe
el calor por ningún sitio.
Solamente lo refracta
convirtiéndose en hornillo.
De anchura cercana al metro,
las paredes que ya he dicho,
no dejan pasar el calor,
aunque se abrasen los grillos.
¡Esa casita tan fresca,
agüita de pozo, y vino,
ese gazpacho bien hecho,
con buena beta el tocino!
Ni en los mejores hoteles,
-y mira que he recorrido-,
se puede comer mejor,
y mejor si es con amigos.
¡Hasta mañana, amigos! Agur.
ANTONIO ESCUDERO: Cuentan que Felipe II le dijo a su mayordomo, o lo que fuera, “Vísteme despacio que tengo prisa” Pues tu, con el ordenador, aplícate el cuento. Seguro que las prisas no son porque te estuviera esperando la novia.
A mí también me ha pasado alguna vez lo que cuentas, pero he tomado la decisión de escribir el mensaje primero en un documento Word, y luego copiar y pegar. Así si a la hora de enviarlo meto el dedo donde no debo y me cargo el mensaje, vuelvo a pegarlo, y asunto concluido.
Por lo que contáis, ahí está haciendo bastante calor. Aquí, no hace frío, pero no sudamos. Estamos un poco pasados por agua. Todos los días llueve un poquito a base de tormentas.
Me viene como dios para el huerto.
¿CALOR?, NO, GRACIAS
En verano ¡qué calor!,
y en el invierno ¡ay qué frío!,
Yo prefiero lo segundo.
A mí me agobia el estío.
Si tienes frío, te tapas,
pero el calor, ¡ay Dios mío!,
ni poniéndote en pelotas
consigues estar fresquito.
Si bebes, ¡ya estás sudando!,
y si no bebes, lo mismo.
Parecemos una esponja
empapada de rocío.
Te metes en la piscina
y sientes un gran alivio,
pero ¿siempre vas a estar
en la piscina metido?
Si las casas de hoy en día,
con paredes de ladrillos,
tuvieran gruesas paredes,
como las casas de antiguo….
El calor se sentiría
mucho menos; os lo digo.
Paredes hechas de piedras
o de adobes, da lo mismo.
Porque el ladrillo no absorbe
el calor por ningún sitio.
Solamente lo refracta
convirtiéndose en hornillo.
De anchura cercana al metro,
las paredes que ya he dicho,
no dejan pasar el calor,
aunque se abrasen los grillos.
¡Esa casita tan fresca,
agüita de pozo, y vino,
ese gazpacho bien hecho,
con buena beta el tocino!
Ni en los mejores hoteles,
-y mira que he recorrido-,
se puede comer mejor,
y mejor si es con amigos.
¡Hasta mañana, amigos! Agur.